Si bien el tema de los salarios y la falta de empleados es un problema que el grupo de nieve -como otros resorts de los EE. UU.- arrastra desde hace tiempo, han sido las largas colas en los telesillas la gota que ha colmado el vaso y ha levantado las protestas de los clientes.

 

 

Entre otras medidas, dicho plan incluye las llamadas zonas “phone free”, es decir espacios en los cuales los esquiadores no pueden utilizar sus teléfonos móviles. El objetivo es que los esquiadores guarden sus teléfonos móviles en sus bolsillos cuando llegan a los accesos a los remontes y no se distraigan en la cola, de forma que se pueden cargar los telesillas de forma más rápida.

 

“Así, se mejora de manera significativa la eficiencia con la que la compañía carga telesillas y telecabinas y se reducen los tiempos de espera, entre otras mejoras operativas”, ha explicado el portavoz de Vail Resorts, John Plack.

 

Los paneles informativos alertando sobre los espacios “phone free” ya se han instalado en Vail, pero no están gustando a los usuarios, que lamentan que “ni siquiera nos dejan luchar contra el aburrimiento de su enorme cola” y lo encuentran un contrasentido porque además el resort ha equipado algunos telecabinas y telesillas con WiFi y lo vende como una de las mejoras para sus clientes.

 

Pero Val Resorts insiste: “en un esfuerzo por cargar los remontes de manera segura y eficiente, les pedimos a los usuarios que guarden sus teléfonos celulares cuando se acerquen a las terminales de los telesillas o telecabinas”, dijo Plack.

 

Mientras, una nueva cuenta de Instagram titulada Epic Lift Lines cuenta con más de 30 000 seguidores esta temporada, y más de 40 000 personas firmaron una petición en Change.org desde el área de esquí de Stevens Pass, propiedad de Vail Resorts, en Washington, que dice que las colas de los remontes están “fuera de control hasta el punto en que la mayor parte de un día de 'esquí' se pasa haciendo cola en uno de los pocos remontes abiertos”.