Se trata de un proyecto global que se llevará a cabo en dos fases: una primera que unirá el centro de Andorra la Vella con el Pic de Carroi, que funcionará como estación intermedia con un mirador y servicios complementarios, y una segunda que conectará con las pistas de esquí.

 

De esta forma, Andorra la Vella ganaría un atractivo turístico "de primer nivel", a la vez que sería un "elemento dinamizador" para la Massana y una nueva puerta de entrada para la estación de Pal, según han defendido las dos parroquias.

 

Aunque los comunes de Andorra la Vella y la Massana no participarán en la financiación del proyecto del teleférico del Carroi ni asegurarán al concesionario hacia recaudación mínima, el Comú de Andorra la Vella sí asumiría una contraprestación económica anual para compensar el eventual déficit de explotación y la retribución por los viajes realizados por los titulares del forfait de la estación de Pal (que lo podrán utilizar sin coste).

 

Así lo recoge el pliego de bases del concurso para la concesión del remonte, que prevé que sean las empresas participantes las que propongan el importe.

 

 

La cónsul mayor de Andorra la Vella, Conxita Marsol, ha justificado que los pasajeros con forfait de Pal sean compensados ​​por Andorra la Vella porque "ser pie de pista aporta bastantes ventajas" (uniría la capital y la estación en 12 minutos) y porque de lo contrario la estación de esquí no sería competitiva. De hecho, la cónsul mayor Massana, Olga Molné, ha observado que esta es la misma fórmula que se aplica en Encamp o la Massana.

 

El pliego también contempla que la capital podrá proponer la compensación de parte o de la totalidad de la contraprestación por una prórroga de la concesión por un máximo de 5 años. Con todo, no se descarta la posibilidad de que esta compensación no se deba asumir.

 

La empresa que resulte adjudicataria se hará cargo de la construcción de los dos teleféricos, así como del mirador a 2.300 metros y de los equipamientos complementarios, y la concesión será por un período de 45 años, que se reduciría a 35 años de no prosperar la segunda fase, que queda supeditada a la aprobación, por consulta popular, de los ciudadanos de la Massana.

 

Mientras, Andorra la Vella no prevé realizar esta consulta, entendiendo que ya se refrendó en las elecciones de diciembre del 2019 al estar contemplado en el programa electoral.

 

Andorra y La Massana han aclarado que el proyecto "no tendrá ningún coste para las dos administraciones, ya que la empresa adjudicataria de la construcción y explotación del teleférico e infraestructuras complementarias asumirá de manera íntegra toda la inversión".

 

Conxita Marsol ha dicho que la inversión será totalmente privada, al menos para la primera fase, y que será de unos 40 millones de euros. Una vez se publique el pliego de bases la próxima semana en el BOPA, las empresas interesadas tendrán tres meses y medio para presentar las ofertas.

 

 

Adjudicado provisionalmente el proyecto, la adjudicataria tendrá tres meses para presentar el proyecto constructivo de la primera fase. Será durante este tiempo cuando se llevará a exposición pública y, una vez licitado el concurso, la adjudicataria deberá construir el teleférico y las otras infraestructuras en el plazo de dos años y medio; mientras que La Massana tendrá un plazo de hasta cuatro años para ejecutar la segunda fase.

 

El teleférico dispondrá de una cabina de subida y otra de bajada con una capacidad para más de 50 pasajeros y el trayecto entre Andorra la Vella y el Pic de Carroi dura seis minutos, igual que el trayecto desde el pico a las pistas de Vallnord.

 

El sistema por el que se apuesta es de un teleférico bicable 'va y viene', como el que se utiliza para el acceso a otros espacios naturales protegidos, como el Teide o los Picos de Europa en España, o el Pic du Midi en Francia.

 

 

Así, han defendido que el proyecto "está concebido para que tenga el mínimo impacto visual y medioambiental, ya que el transporte por cable es limpio y sostenible".

 

Las instituciones implicadas aseguran que se han tenido en cuenta aportaciones de entidades sociales y ecologistas en la redacción del pliego de bases, como la limitación del acceso libre a los espacios naturales.

 

Además, el proyecto medioambiental de la oferta tendrá que incluir un estudio independiente avalado por una universidad competente "de la confianza de los grupos que lo proponen".

 

 

El pliego también indica que si hay que hacer un cambio de cabina en el Pic de Carroi este deberá realizarse en el menor tiempo posible y asegurar la sincronización de la llegada de un remonte y la salida del otro. Además, se señala que la fase 1 deberá estar en funcionamiento durante el tiempo que la estación de Pal esté abierta.

 

También se expone que a la llegada ya la salida de la fase 1 se ubicarán comercios, oficinas, oferta de ocio, de restauración, recreativa o deportiva y en el caso de la salida, también un aparcamiento.

 

Para la segunda fase, se garantizan estas mismas actividades a excepción de los supermercados. Asimismo, serán las empresas las que harán una propuesta de los tipos de billetes y los precios.

 

Además, se prevén diferentes tipos de fianzas en función del estado del proyecto, para garantizar la retirada de todo el remonte, si fuera necesario.

 

Al final de la concesión, el teleférico pasaría a disposición de los comunes. Las corporaciones se comprometen a obtener la calificación de proyecto de interés nacional para garantizar la viabilidad del sobrevuelo y la implantación del remonte.