El comú de Canillo, accionista mayoritario de Ensisa (Soldeu El Tarter), una de las dos estaciones que conforma Grandvalira, estima que la situación por la pandemia del coronavirus durante el próximo invierno puede suponer un descenso entre un 20 y un 30% de los ingresos para la estación andorrana. La variación dependerá de la llegada del turismo internacional, que para el dominio representa el 30% del total de días de esquí vendidos.

En declaraciones a la Radio y Televisión andorrana RTVA, el cónsul de Canillo, Francesc Camp, considera que es pronto para hacer previsiones sobre la próxima temporada de esquí. Sobre todo, por la evolución futura de la crisis sanitaria. Camp se marca finales de agosto o septiembre como fecha en la que se tendrá una primera estimación fiable, con las reservas hechas por los tour-operadores internacionales.

Sin embargo, Grandvalira tiene previsto ya un plan de contingencia que parte de un escenario negativo en comparación con la temporada pasada. El Cónsul de Canillo cree que hay que compensar la bajada de la facturación priorizando los recursos y reduciendo inversiones.

Por lo que respecta a los temporeros para el próximo invierno, Francesc Camp propone emplear prioritariamente a los parados que pueda haber en el país debido a la crisis generada por el coronavirus. 

                                                       

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