Boí Taüll, la estación que “fabrica” esquiadores desde la escuela hasta el freeride
Boí Taüll
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El esquí escolar y el freeride tienen más en común de lo que parece y Boí Taüll así lo entiende. Conseguir que de pequeño aprendas a esquiar pasándolo bien, en una estación en la que cuando creces y mejoras puedes continuar divirtiéndote y esquiando en buenas zonas de freeride, es uno de los mantras de la estación del Pirineo de Lleida.
En la comarca con menos densidad de población de toda Catalunya, la Alta Ribagorza, Boí Taüll se ha empeñado en atraer el mayor número de esquiadores posible, con especial hincapié en los jóvenes, que llegan en familia o excursiones escolares. Todo ello en una apuesta por huir de la masificación, por la tranquilidad y por el respeto al entorno.
El esquí es un potente motor económico no solo por la actividad que genera intrínsecamente, sino también (y sobre todo) por la poderosa industria turística y cultural que contribuye a hacer crecer.
Hablamos de empleos directos e indirectos, de hoteles y restaurantes, de actividades lúdicas y deportivas, de visitas culturales a museos, iglesias y centros de interpretación. Y por supuesto, es un dinamizador de las pequeñas economías locales, de aquellos pueblos de montaña que, sin el turismo que genera la nieve, no serían ni de lejos lo que hoy son.
Las estaciones de esquí son grandes dinamizadores de las economías de las comarcas de montaña
No son ajenas a esta filosofía las singularidades del enclave donde está ubicado Boi Taull. Entre semana, las pequeñas y medianas estaciones que no gozan de una población a pie de pistas, hacen equilibrios para conseguir esquiadores particulares y el esquí escolar es una fórmula de éxito.
El director de Boí Taüll, Xavier González, lo tiene claro: “somos una fábrica de esquiadores. Hay una necesidad clara de que los escolares esquíen y conozcan la nieve y vuelvan con sus amigos o arrastren a la familia”.
Boí Taüll es la estación más alta de Catalunya, con una cota mínima de 2.020 metros y la más alta de 2.751 metros. Esta condición le permite garantizar nieve durante toda la temporada y no tener que estar tan pendiente de los caprichos atmosféricos como otras estaciones. A ello se le suma su orientación norte y la escasa humedad de la zona; el resultado es una buena nieve que suele caracterizar toda la campaña invernal.
Para el esquí escolar, esta característica es básica. Cada escuela define con mucha antelación su calendario blanco y encontrarse en el momento de subir al autocar con que la estación a la que se dirigen no tiene suficiente nieve como para garantizar el éxito de algo que requiere tanto esfuerzo e implica tanta ilusión, puede ser muy decepcionante.
Con una área de 45 kilómetros esquiables y 42 pistas (6 verdes, 3 azules, 18 rojas y 15 negras), un snowpark y 12 itinerarios fuera pista, es fácil moverse por sus pistas y además sin colas casi todos los días de la temporada. A este dominicio se accede mediante 11 remontes (6 telesillas, 2 telesquí y 3 cintas transportadoras).
No hay duda de que si más del 70 por ciento de una estación está dedicado a pistas rojas y negras, el esquiador que va a bajar esas pistas será experimentado. Sin embargo, en Boí Taüll la geomorfología del enclave, a caballo entre dos valles, juega a favor también de los principiantes.
Todas las pistas de Boí confluyen en un mismo enclave final, el Pla de Vaques, donde se encuentran todos los servicios de la estación, una ventaja para los jóvenes principiantes
Además, las pistas confluyen en un mismo punto, el Pla de Vaques, donde se encuentran los edificios de servicios, una escuela con más de 90 instructores de esquí y snowboard, un bar y cafetería para ideales para descansar entre bajadas y un restaurante.
Cada temporada pasan entre 8.000 y 10.000 escolares por la estación y durante 14 o 16 semanas ellos sean los auténticos protagonistas de Boí en los días laborales
Xavier González explica que “Boí Taüll, con esta forma de embudo, genera tranquilidad, porque desde la terraza puedes ver donde están todos los grupos de esquiadores”. Si a este hecho diferencial se añaden infraestructuras que facilitan guardar el material de esquí o restaurantes que tienen muchas soluciones culinarias para los niños, no es de extrañar que cada temporada pasen entre 8.000 y 10.000 escolares por la estación y que durante 14 o 16 semanas ellos sean los auténticos protagonistas entre semana.
Por todo ello, resulta perfecta para que grupos de escolares pasen sus vacaciones esquiando sin temor a extraviarse y sin tenerse que preocupar por la nieve.
Boí Taüll está dotado de todos los equipamientos necesarios para realizar todo tipo de actividades con grupos escolares: salas lectivas, animación exclusiva, talleres, fiestas y visitas guiadas al Parque Nacional de Aigüestortes o al conjunto de Iglesias Románicas del Valle, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El director de Boí subraya que “en Catalunya hace unos años se puso en marcha un programa de esquí escolar para que los niños de la zona de influencia de las estaciones, de los valles, pudieran ir a esquiar y conocer el territorio. En las comarcas del Urgell, la Cerdanya, la Ribagorza o la Val d'Aran, hay un plantel en el que suben los colegios con los profesores y sus acompañantes. En nuestro caso, la gente del Valle de Boí tiene unos acuerdos históricos y la gente esquía con la familia a un precio simbólico, por eso lo tienen fácil”.
En Boí Taüll pues, el niño no molesta, el niño es bienvenido.
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