Boí Taüll: una estación fotogénica para hacerse miles de 'selfies'
Haciendo fotos: así es como disfrutan de la cima de Puig Falcó en Boí Taüll los esquiadores (Foto: JuanMa Altolaguirre)
Situado en la cota 2.750, el Puig Falcó es uno de los puntos panorámicos favoritos de la estación para observar buenos paisajes, capturar fenómenos meteorológicos o, como no, para hacerse una selfie.
Haciendo fotos: así es como disfrutan de la cima de Puig Falcó los esquiadores (Foto: JuanMa Altolaguirre).
En 1998 nadie hablaba de Selfies pero en ese mismo año Boí Taüll inauguraba el telesilla biblaza para unir el puerto de Roies, a 2.540 m., con el Puig Falcó, a 2.750 m. Por cierto, que a esta cumbre también se le conoce como Cap de las Raspes Roies.
Aquel año, Boí-Taüll, con la instalación de citado telesilla concluía el objetivo de expansión prioritaria de la estación, y con ello su cota máxima. A la vez que se convertía en la estación de esquí con la cota más alta de los Pirineos. Fue un éxito, porque además de incrementar en 250 m. su desnivel, también se abrían 6 nuevas pistas con sus variantes y se sumaban otros 15 kilómetros de pistas.
Este esquiador: ¿Se estaría haciendo una foto panorámica o una selfie? (Foto: JuanMa Altolaguirre).
Finalmente, la ampliación de 1998 a Puig Falcó fue, también, un acierto desde el punto de vista de promoción boca-oreja y fotográfica de la estación de esquí. Casi todos los esquiadores que subían por primera vez a Puig Falcó querían una fotografía de recuerdo de su paso por la cima. Así, con llegada del telesilla a los 2.750 m, el retorno del remonte se convirtió en una especie de "meca" fotográfica del sitio. Cualquiera que suba a esta cumbre entenderá el porqué. Pero en 1998 las selfies todavía eran un concepto poco o nada usado.
Señalando Puif Falcó desde la pista Vaques de Boí Taüll (Foto: I. Sanz).
Puig Falcó, reclamo fotográfico
Han pasado los años y con ellos las modas, las tendencias y por supuesto la expansión y evolución de las redes sociales. Hoy en día el Puig Falcó será, muy posiblemente, una de las cimas más frecuentadas de los Pirineos. Por ejemplo, durante las pasadas fiestas de Navidad, sólo entre los días 29 y 30 de diciembre, pasaron por Boí Taüll cerca de 8.000 esquiadores.
Muy posiblemente, por la cima de Puig Falcó, de estos 8.000 esquiadores que estuvieron pasando allí las vacaciones de Navidad, muchos deberían pasar por Puig Falcó. Jordi Tarrés, "remontero" que habitualmente controla el regreso del telesilla en la caseta de la cota 2.750, explica que "en un día de temporada alta pueden pasar fácilmente 2.000 o 3.000 esquiadores por la cima. Si es la primera vez que llegan al Puig Falcó, es casi seguro que el 80% se paran a hacer un par de fotos".
Haciendo fotos: así es como disfrutan de la cima de Puig Falcó los esquiadores (Foto: JuanMa Altolaguirre).
Preguntado por el tipo de fotografías hacen los esquiadores responde que "básicamente hay una que es la más habitual: hacer la foto al Aneto". Lo sabe porque a menudo se le acercan para preguntar cuál de las montañas de alrededor es exactamente el Aneto. Y la segunda foto suele ser una selfie. En ésta a veces sale el Aneto o quizás alguna de las otras panorámicas que se pueden observar desde los 360º que permite el Puig Falcó. Tal vez la niebla de la plana de Lleida o quizás de las cimas del Pallars. Quién sabe.
Panorámica sur desde la cima de Puig Falcó (Foto: JuanMa Altolaguirre).
Más de 20.000 capturas en instagram
La verdad es que haciendo una exploración rápida y para nada sería en Instagram, hemos localizado 250 imágenes con la etiqueta #puigfalco y otros 50 con #puigfalco2751m. Aparte, imágenes con alguna de las etiquetas #boitaull y #boitaullresort y otras variantes similares hemos localizado más de 20.000 capturas.
Nadie sabe a ciencia cierta la cantidad de clics que se hacen en Boí. Lo que sí está claro es que es bonita y que por eso invita a ser fotografiada al estilo clásico o, por cuestiones de moda, al estilo selfie. Un estilo de fotos que, por cierto, aunque todavía en máximo apogeo ya empieza a tener su declive, quizá por la política de algunos destinos turísticos que han comenzado una campaña para que el etiquetado de un clic no acabe prevaleciendo sobre el interés real del lugar que se visita o fotografía.
Haciendo fotos: así es como disfrutan de la cima de Puig Falcó los esquiadores.
Pero en Boí se seguirán haciendo fotos porque, selfies aparte, ya sólo para llegar hay que atravesar un Valle Patrimonio de la Humanidad por la que es inevitable detenerse a hacer una visita a los altos campanarios que todo lo controlan y que, si es la primera vez que se pasa por su lado, cosa que la carretera facilita enormemente, todo esquiador quiere fotografiar.
Boí, pues, lo tiene todo para que siga siendo una estación única y fotogénica. Desde su valle Patrimonio al pie de pistas, hasta la cota más alta de un remonte en el Pirineo.
Panorámica desde Port de Raspes Roies. (Foto: JuanMa Altolaguirre).
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