10 consejos, alicientes y buenas razones para esquiar en abril
Disfrutando de la nieve y las temperaturas agradables en Sierra Nevada (Foto: SN).
A medida que la primavera avanza en el calendario las temperaturas van subiendo, crecen las horas de luz y los rayos de sol son cada vez más perpendiculares sobre las pendientes de la montaña. Eso hace que la calidad de la nieve se deteriore con el paso de las horas diurnas y algunos aficionados al esquí dejan de visitar las pistas.
Lo cierto pero es que el esquí de primavera, si seguimos algunas pautas, puede resultar casi más provechoso y divertido que el del mismo invierno.
Esquiadoras en Sierra Nevada aprovechando las nieves de primavera (Foto: Sierra Nevada).
1 • Menos esquiadores en pistas.
La primavera es un buen momento para poner en práctica lo que no hemos podido hacer muchos días en invierno. La afluencia de esquiadores en pistas es baja y por eso tenemos más espacio para deslizarnos a velocidades un poco más altas o para practicar giros más anchos. Si tenemos más pista para nosotros, también hay menos riesgo de colisión.
2 • Broncearse.
Sí, pero hagámoslo con prudencia. En esta época del año cuando estamos en pistas nos conviene empezar a proteger nuestra piel con más cuidado que no en los meses de diciembre o enero. Hay que ponerse crema protectora para el sol con factor alto- recomendado 50- si no queremos volver irresponsablemente rojos como un tomate a casa y poner en riesgo la salud de nuestra piel.
3 • Esquiar temprano.
Hay que empezar a esquiar bien temprano, y si es posible ser de los primeros en abrir huella. Algunas estaciones incluso aplican un nuevo horario y abren a las 8 de la mañana y cierran antes. El esquí de primavera no es para perezosos o dormilones.
4 • Transformación de la nieve según el paso de las horas y cotas.
En las primeras horas del día la nieve está más dura, por el efecto del rehielo. A partir de las 10 de la mañana y hasta las 12 del mediodía podremos realizar las mejores bajadas del día. A medida que avance el día empezaremos a buscar pistas en cotas altas, especialmente a partir de las 12 del mediodía. A partir de la una de la tarde hay que olvidarse por completo de esquiar en la base de la estación y hay que buscar las pistas que hayan sido menos frecuentadas, de orientación norte y cota alta. Si sois de los que os gusta amortizar el forfait y no queréis dejar de esquiar hasta las 4 de la tarde, procurar hacerlo por los laterales de las pistas, que suelen estar menos frecuentados por el paso de los esquiadores y ofrecen nieve menos castigada
5 • Protección para nuestros ojos.
El sol en primavera es ahora más peligroso para nuestros ojos. Primero porque su incidencia de rayos UV es ahora más perpendicular que no en diciembre o enero, y en segundo lugar porque el día gana horas de sol y nuestros ojos están más expuestos que en el resto de las estaciones del año. En la alta montaña además hay que añadir el reflejo del sol sobre la nieve y por lo tanto, mientras haya nieve, debemos proteger los ojos con gafas de protección número 4.
6 • Ofertas, packs, eventos y comilonas.
A final de temporada algunas estaciones suelen ofrecer precios más bajos en todos los servicios, o incluso pueden incentivar con forfaits gratuitos para próximas visitas o con el famoso 2x1. No hace tantos años algunas estaciones habían llegado a incluir, en el precio del forfait, el desayuno. Desgraciadamente esta costumbre se ha ido perdiendo. Por cierto, en la primavera muchas estaciones organizan los eventos más atrevidos: bajada en bañador, parrilladas populares a pie de pistas, carreras sociales u otras actividades bien divertidas.
7 • Días largos y alegres que invitan a todo.
Esquiar en esta época es hacerlo en unas condiciones de luminosidad especial e intensa que lo hace muy agradable. Todos nos sentimos más alegres y predispuestos, así que tal vez es el momento propicio para aprovechar las ofertas que comentábamos más arriba y empezamos a aprender aquella modalidad que tenemos pendiente. ¿Qué no habéis probado nunca? ¿Telemark, snowboard, Skimo o alpino?
8 • Contribuimos a mantener unos puestos de trabajo.
Con nuestra presencia en pistas ayudamos a mantener abiertas unas instalaciones que necesitan unos trabajadores y todo un entorno de establecimientos que viven de la nieve.
9 • Esquiamos con más comodidad.
Como las temperaturas han subido esquiamos con menos ropa y eso nos permite un esquí más cómodo, más liberado de peso y de movimientos. A los esquiadores más pequeños de la familia esa posibilidad, la de ir más ligeros de ropa, les gusta especialmente.
10 • Placeres gastronómicos a más de 2.000 m.
Y finalmente, porque por mucho que algunos os miren con cara de "bicho raro" cuando les decís que todavía estáis esquiando a finales de marzo o en pleno mes de abril, lo cierto es que en la playa todavía no se está bien, preferimos mayo y junio para empezar la época estival. Y, sinceramente, os gustará mucho más y os sentiréis mucho mejor haciendo una buena comida o un aperitivo en una terraza a 2.000 m. -o en un bar pie de pistas o del valle- que en un paseo marítimo cargado de humedad y aire todavía demasiado fresco para tomar un baño o el sol.
El esquí de primavera en el Pirineo o Sierra Nevada y el esquí de verano en los glaciares alpinos tienen mucho en común (Foto: Tignes)