Pues eso es lo que debieron pensar en el año 2000, los fundadores de Yelowstone Ski Club, quienes decidieron hacer una exclusiva área de esquí de casi 1000 hectáreas de terreno esquiable con capacidad para remontar a 5.000 esquiadores a la hora y que en sus días de máxima ocupación solo llega a los 300 esquiadores. ¿te lo puedes imaginar? De media, para hacernos una idea, Vail, donde también existen pistas para socios,  en 2.144 hectáreas recibe 10.000 esquiadores mientras que Yellowstone Ski Club solo a un centenar. Menudo lujo.

Así es, un lujo al alcance de muy pocos ya que sólo para entrar tienes que demostrar tener un patrimonio de al menos 3 millones de dólares, dejar un depósito de 250.000 $. Aparte. la cuota anual es de 16.000.

 

Y no sólo eso, además,hay que comprar una propiedad en el club de como mínimo 5 hectáreas. Entre sus ilustres y millonarios socios encontramos nombres como el de Bill Gates, Leonardo di Caprio, Justin Timberlake. ¿Ventajas? que estos afortunados pueden disfrutan en libertad de la montaña sin tener que esquiar con guardaespaldas ni que les estén pidiendo los fans, selfies a cada momento.

 

 

La idea original fue de Timothy Lee "Tim" Blixseth, un agente inmobiliario que en su día estuvo en la lista Forbes de los 400 más ricos de los Estados Unidos, aunque un desafortunado divorcio redujo notablemente su fortuna que se complicaron más tarde con problemas con la Hacienda norteamericana, lo llevaron, años más tarde, a la bancarrota hasta acabar en la cárcel en 2015.

En un principio, Blixeth fue comprando terrenos hasta juntar 40.000 hectáreas de bosques de explotación de madera "no urbanizables", que cambió posteriormente por terreno en la parte posterior de la vecina estación de Big Sky Resort en lo que sí podía construir; un problema debido a unos préstamos hipotecarios que no fueron satisfechos por Timothy Lee (producto de la rápida pérdida de su riqueza a causa del citado divorcio) en el año 2008, estuvo a punto de llevar a la quiebra el tan trabajado y lujoso Ski Club, momento en el que los propios propietarios tomaron las riendas y no permitieron que su exclusiva estación se fuese a la bancarrota. 

 

 

Aquello,no solo salvó a Yellostone Ski Resort, sino que sirvió para relanzarla. En la actualidad, el exclusivo complejo situado en el es​tado de Montana (USA), un poco al noroeste del conocidísimo Parque Nacional que le da nombre, está formada por más de 500 socios.

 

Por supuesto, en sus instalaciones no falta de nada: bolera, su buen campo de golf, incluso una bodega escondida bajo tierra con los más privativos de los vinos y licores que -casi- ni los dioses del Olimpo podrían pagar. Yogui, como podéis imaginar, no sale de su asombro y por mucho que lo intenra,no lo dejan entrar.

 

Sus miembros, pueden esquiar si lo desean en la vecina estación de Big Sky accediendo a  través del telesilla Southern Confort; sin embargo, al contrario no es posible, carteles indicando “no trespassing“ (y cuerpos de seguridad, como podéis suponer), te avisan de que es propiedad privada y no está permitido el acceso, así que si estáis por allí, no os empeñéis salvo, claro está que llevéis en el bolsillo unos cuantos milloncetes. Suponemos que también aceptarán euros.  

 

 

Pero no vayáis a pensar que es la única; aunque más modestas y pequeñas, en los Estados Unidos nos encontramos con otros Ski-Clubs que gestionan estaciones de esquí y que solo permiten la entrada a sus socios, como es el caso del Bear Creek Ski Club en el estado de Vermont, al que surgió también como opción para no tener que aguantar las colas de fin de semana de la vecina Killington, cuesta 13.500 dólares de cuota de socio y 1.350 dólares al año. La estación fue cerrada por falta de nieve, pero la instalación de cañones por su nueva propietaria, Plymouth Notch LLC, la reactivaron y la volvieron a abrir en 2014.

Sin embargo no todo es lujo y pagar a lo grande. En Massachusetts, Monte Greylock Ski Club tiene una cuota es de 120 dólares al año por familia. Eso sí, los socios deben participar en el mantenimiento de la estación haciendo turnos en pistas, en remontes o en la cafetería, en la actualidad existe una larga lista de espera para entrar en el club. Y yo ya estaba pensando en ir a apuntarme...

 

Greylock Ski es un club más baratito, pero allí te lo tienes que currar varios días por temporada
 

No hay como tener hectáreas de terreno esquiable y de eso, andan sobrados al otro lado del charco, donde te puedes encontrar anuncios como el que se vio hace poco en Canadá. En la provincia de Ontario se vendía una casa con cinco pistas de esquí por el módico precio de un millón de dólares, sus dueños fueron invirtiendo poco a poco hasta tener esta preciosa propiedad que vendían por buscar otro sitio más cercano para el colegio de su hija.

 

O también, como ya os informábamos el año pasado, otros dos resorts en los Estados Unidos: Spout Springs en Oregón y Marshall Mountain en Montana. La primera por un millón doscientos mil dólares y la segunda, un poco más cara, regateando, te la dejan por menos de tres "milloncejos", eso sí, ambas llave de los remontes en mano.

 

A nosotros no nos importaría tener nuestra propia montaña, ¿qué opináis vosotros?

 

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