Aunque llevaba desaparecido desde el pasado viernes 21 de mayo, no fue hasta el lunes por la mañana cuando se echó en falta a Yannick Niez, un montañero de 41 años vecino de Poey d'Oloron, en el Bearn (Pirineos Atlánticos franceses); momento en el cual, se puso en marcha un dispositivo de búsqueda organizado por el PGHM (Pelotón de Gendarmerie et Haute Montagne) y el GHM (Groupe de Haute Montagne) que, gracias a la geolocalización de su móvil, situaba al alpinista en los alrededores de la estación de esquí de La Pierre de Saint-Martin.

 

Según las primeras estimaciones, Yannick habría caído en una grieta a más de 10 m de profundidad que no pudo ver al estar tapada por la nieve cuando volvía de un paseo con raquetas, ya al anochecer. Una nieve que se deshizo parcialmente bajo sus pies cuando se dirigía al Boulevard des Pyrénées (un amplio camino que baja hasta la estación y que en invierno se transforma en una pista de esquí muy transitada de la estación francesa) y así, regresar a casa. 

 

 

La suerte quiso que se quedara a pocos metros de la superficie, ya que la plataforma que tapaba una sima de unos 60/80 metros de profundidad; a pesar de ello, la situación era muy inestable y el excursionista se encontraba en verdadero de riesgo según indicaba el teniente Sébastien Grandclémental, al mando de las operaciones de rescate.

 

Más tarde, el Coronel William Vaquette, Jefe de la Policía Francesa del Departamento de los Pyrénées Atlantiques, explicaba que el montañero fue localizado el miércoles 25 de mayo cuando, con gemidos, respondía a los rescatadores que gritaban su nombre en otras grietas que se encontraban en el itinerario que se sospechaba que había seguido, ya cerca de la Téte Sauvage, un abismo que conduce a varias grutas subterráneas muy conocidas por los espeleólogos en una de cuyas grietas se encontraba Yannick Niez en un estado crítico por la hipotermia y el cansancio de cinco días con sus noches atrapado en la montaña.

 

 

Rápidamente, el Grupo de Rescate se afanaba en sacarlo de la oquedad en la que se encontraba y fue trasladado al Hospital de Oloron en helicóptero. Casi sin fuerzas, comentaba que sabía que lo buscaban ya que había escuchado los motores cuando lo sobrevolaban aunque desde el aire no pudieron verlo al encontrarse atrapado dentro de la grieta. En la búsqueda participaron también familiares, amigos y vecinos de Yannick que respiraron aliviados cuando vieron que estaba con vida.

 

Los equipos de rescate encontraban al montañero desaparecido. Foto: ©Gendarmerie des Pyrénées Atlantiques 

Una vez hospitalizado, permaneció en observación durante 13 horas tras diagnosticarle un traumatismo ligero en el tendón e hinchazón en las extremidades por el frío y la incapacidad de movimientos en la precaria situación a la que se vio sometido durante las largas jornadas que estuvo atrapado.

 

Ya a salvo y bastante recuperado, manifestaba con buen humor, que cuando volvió a ver la luz, se sintió como una cucaracha cuando sale de su agujero.