Pensando que su hermano había sido atrapado en sus redes cuando habían empezado a descender por encima de la línea de árboles de Fatwa Couloir en Waterfall Canyon y les sobrevino una avalancha, Alex avisó a los equipos de rescate que inmediatamente alertaron a las patrullas de rescate de Telluride Ski Resort. Mientras buscaba al otro miembro de su familia, la Doña Fría volvió otra vez oscuro rostro para intentar apresar esta vez al mayor de los Holmes provocando un segundo alud del que pudo escapar.

 

 

Al final, parece que la Muerte, cansada por no atrapar ni a uno ni al otro de los hermanos Holmes tras desencadenar sobre ellos dos aludes consecutivos en la misma ladera de la montaña, decidió dejar para más adelante el encuentro con los dos esquiadores a los que el azar y la buena fortuna hizo salir por los pelos de las garras de tan infausta presencia, sabedora ésta de que tarde o temprano se volverán a ver de nuevo.

 

Deseamos desde aquí que sea dentro de mucho tiempo y tanto Álex como Brian hayan aprendido la lección y tomen más precauciones la próxima vez que vayan a practicar freeride tras una gran nevada.