Aosta se presenta como un paraíso para el esquí de montaña. Del valle principal que recorre toda la región, parten multitud de valles perpendiculares que generan un dominio esquiable muy extenso. La gran variedad de orientaciones y tipo de terreno permite que durante todo el invierno se pueda practicar el esquí de montaña.
Además, estar rodeados de las montañas tan emblemáticas como el Mt. Blanc, Grandes Jorasses, Monte Rosa, etc. hace que el ambiente sea espectacular.