Desde su inauguración en 1963, el majestuoso recinto de Grands Montets en Chamonix ha sido un ícono de la montaña, atrayendo a esquiadores y amantes de la naturaleza de todo el mundo.

 

 

Pero de las cenizas surgió un proyecto ambicioso, destinado a devolverle la vida y la gloria a este santuario alpino. Se trataba de reconstruir el teleférico y la estación de altura, que se eleva a una altitud imponente de 3.300 metros sobre el nivel del mar.

 

Para ello, Compagnie du Mont-Blanc, junto con un consorcio de empresas liderado por Doppelmayr, se embarcó en esta empresa colosal.

 

 

 

El contrato, valorado en un total de 107,6 millones de euros como parte de un proyecto global de 155 millones, abarca el diseño y la construcción de nuevas instalaciones que reemplazarían los dos tramos del teleférico, así como la reconstrucción y remodelación de la infraestructura de la estación de la cumbre.

 

 

Un equipo diverso de empresas especializadas se unió para llevar a cabo esta hazaña técnica y logística. Desde MBTM, expertos en ingeniería civil y montaje de remontes, hasta Egis, una empresa de ingeniería con experiencia en la monitorización de interfaces, cada miembro del consorcio aportó su experiencia única para hacer realidad el renacimiento de Grands Montets.

 

 

 

 

El compromiso con la sostenibilidad también se refleja en la elección de materiales y métodos de construcción.

 

El resultado final será más que un simple teleférico; será un símbolo de resiliencia, innovación y armonía con la naturaleza.

 

 

 

Un renacimiento monumental que honrará el legado del pasado mientras mira hacia un futuro lleno de posibilidades en las alturas alpinas.