El plan, que abarca las dos próximas temporadas, prevé la instalación de más de 1.000 nuevos cañones de nieve energéticamente eficientes, con una inversión de 7 millones de dólares, lo que permitirá reducir significativamente tanto los consumos de energía y la emisión de CO2.

 

Este otoño la estación de esquí ha cambiado de propietarios, volviendo a un grupo de empresarios locales lo que ha traído consigo este ambicioso proyecto, que busca transformar el sistema de nieve artificial.

 

Greg Gleason, gerente de producción de nieve de Killington, afirmó que este proyecto es "el más transformador desde que Killington se expandió a Bear Mountain a fines de los años 70".

 

 

 

 

Estos cañones de nieve, al ser energéticamente eficientes, reducirán los costos de electricidad y combustible diésel, además de disminuir las emisiones de carbono en 5.818.850 libras al año, contribuyendo al compromiso medioambiental del complejo.

 

Killington también implementará un sistema de control avanzado HKD ISno para la temporada 2025/26, que permitirá una monitorización y gestión más eficiente del sistema de producción de nieve.

 

 

Las mejoras no solo tendrán un impacto positivo en la sostenibilidad, sino que también permitirán abrir más pistas y ofrecer mejores condiciones de nieve para los visitantes.

 

Durante la temporada 2024, las pistas que recibirán los nuevos cañones incluyen Cruise Control, Needle's Eye, Outer Limits, Great Eastern, Skyeburst y Superstar, entre otras, mientras que en Pico se instalarán en áreas clave como 49er y Pike.

 

En la siguiente temporada, se sumarán más cañones a pistas icónicas como Cascade, Highline y Snowshed.

 

 

El proyecto de Killington cuenta con el apoyo de importantes socios como Efficiency Vermont y Green Mountain Power, lo que refuerza el compromiso del resort con la sostenibilidad y la reducción del impacto ambiental.

 

 

Este ambicioso plan no solo posiciona a Killington como líder en producción de nieve en Norteamérica, sino que también marca un paso importante hacia un futuro más sostenible para la industria del esquí, donde la eficiencia energética y la reducción de emisiones juegan un papel cada vez más crucial.