Esta mañana, el medio andorrano diari Ara.ad abre con la noticia de que el gran turoperador inglés Neilson ha manifestado su interés por llevar a cabo una prueba piloto para derivar algunos vuelos con destino a Alguaire hacia el aeropuerto Andorra-La Seu durante las semanas de máxima demanda del próximo invierno.

 

 

Así lo ha anunciado el director de Aeropuertos de Catalunya, Jordi Candela, que ha detallado que, aunque la infraestructura de La Seu aún no dispondrá de la autorización para acoger vuelos de fuera del espacio Schengen, se pueden hacer acuerdos ad hoc con la Policía para que se haga el control de pasaportes. Además, como que el aeropuerto no dispone todavía de la tecnología para volar en condiciones de mala visibilidad, la prueba piloto se haría en coordinación con Lleida para el caso de que los aviones se tuvieran que desviar por niebla. Eso sí, Candela aseguró que serán vuelos adicionales, y que por tanto no restarán actividad en el aeropuerto de Alguaire.

 

 

A pesar de este optimista anuncio de cara a la temporada de invierno, de momento no hay otra previsión de puesta en marcha de vuelos comerciales regulares, y desde Aeropuertos de Catalunya no tienen ninguna nueva información sobre el proyecto que debía iniciar la compañía Andorra Airlines.

 

Así lo han asegurado durante una jornada de puertas abiertas organizada por la Empresa Familiar Andorrana, de la que su presidente, José María Casas, sí ha avanzado que hay varias compañías que están estudiando la posibilidad de operar en el aeropuerto Andorra-La Seu.

 

Por otra parte, Jordi Candela también ha explicado que desde Madrid han dado el visto bueno a la viabilidad técnica para poder hacer vuelos instrumentales, pero que han requerido un nuevo estudio de viabilidad en materia de seguridad que debe llevar a cabo la Generalitat de Catalunya en los próximos meses.

 

El director de los aeropuertos catalanes ha apuntado que es difícil adelantar un plazo, y que aunque se habla de 24 meses, espera "que sea más breve". En una primera fase, el aeropuerto dispondrá de un sistema de aproximación llamado NDBDME, que permitirá aterrizar en condiciones de mala visibilidad, aunque el objetivo final es que se pueda dotar de un sistema GPS. Candela ha añadido que todo esto "significa más papeleo que inversión", ya que el coste para disponer de la esta herramienta ronda los 100.000 euros.

 

El siguiente paso, según Candela, es solicitar la autorización para realizar operaciones nocturnas, un proyecto que se hará si hay demanda por parte de las compañías, ya que esta adecuación sí que es más costosa al ser necesario balizar y señalizar la pista y todos los obstáculos.