En Francia, el confinamiento es mucho más estricto que en Suiza. Solo puede salir por una buena razón y en un radio muy limitado alrededor del hogar. Por lo tanto, el esquí no forma parte de las actividades permitidas durante esta pandemia.

 

Según publica el rotativo francés "Le Dauphiné", el lunes 6 de abril al caer la tarde, cuatro temporeros decidieron salir a esquiar por el valle de La Torchère, en la estación de La Clusaz. Y como uno de ellos era el responsable de un telesquí, lo pusieron en marcha para subir la pista.

 

El problema es que desde los chalets que dan a la montaña, hay una vista sobre las pistas y los vieron.

 

Los cuatro trabajadores intentaron al principio negar lo obvio, pero llegaban con nieve fresca en sus esquís y una webcam de la estación los había “cazado” subiendo por el remonte.

 

La esquiada les salió cara: 135 euros, de multa "que se puede convertir en un delito si la necesidad de volver a ponerse los esquís se hace insoportable", advierten los gendarmes.

 

La compañía de remontes Satelc, aue gestiona las instalaciones de La Clusaz no tiene la intención de presentar una queja, porque "no ha habido degradación del equipo", confirmó a Le Dauphiné su director, Jean-Christofe Hoff.