El número de accidentes aumenta de año en año en las montañas. Según manifestaciones del Conseller de Interior de la Generalitat Jordi Jané, en las cumbres de Cataluña han crecido hasta en un 18% mientras que en Aragón, ya han fallecido 21 personas en el Pirineo de Huesca,  Uno más, en lo que llevamos de 2016 que en 2015 en todo el año. Y ya nos parecían muchos. 

 

Según informa Heraldo de Aragón, 16 de los muertos mientras practicaban distintas variedades de montañismo habrían perdido la vida durante la época estival. Fuentes de la Guardia Civil señalan el buen tiempo del verano y lo que llevamos de otoño,como los causantes del incremento de los accidentes que han obligado a intervenir a los distintos Grupos y Equipos de Rescate de la Benemérita. 

 

 

Lamentablemente, la cifra de muertes en la montaña Oscense se incrementaba tras el paso del fin de semana. Durante la tarde del primer día de octubre, dos montañeros se dejaban la vida a causa de su pasión por el alpinismo. 

 

El primero de ellos, un experimentado montañero de 48 años y vecino de la localidad vizcaína de Durango, sufría un accidente mientras escalaba en el Parque Nacional hacia la cima del Posets. Una desafortunada caída de 200 m desde una de sus aristas le produjeron múltiples traumatismos que le llevaron a expirar su último aliento. 

 

Grupos de Rescate e Intervención GREIM y unidad aérea de la Guardia Civil. Foto: GREIM.ES
 

Su compañero de travesía avisaba al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) del puesto de la Guardia Civil de Benasque que nada pudo hacer por su vida, tan solo certificar su muerte e iniciar la investigación de las causas.

 

Casi al mismo tiempo, en el conocido Tubo de la Zapatilla en la estación aragonesa de Candanchú, un desprendimiento de rocas provocaba que un alpinista vecino de Jaca (31 años) se desplomara desde una altura de 70 m al intentar evitarlas. En estado muy grave fue socorrido en primera instancia y trasladado al hospital de Miguel Servet de Zaragoza con fuertes traumatismos en cabeza y extremidades inferiores; a pesar de los esfuerzos por mantenerlo con vida, los médicos vieron cómo ésta lo abandonaba dando lugar al fatal desenlace.

 

Otros accidentes llenaron las dos jornadas del fin de semana y, una vez más, los miembros del GREIM y las Unidades Aéreas de la Guardia Civil se multiplicaban por las montañas aragonesas para rescatar a los heridos, toda vez que ellos si podrán contarlo. Demasiada siniestralidad ya la que llevamos acumulada. 

 

El Vignemale desde el Río Ara, en el Valle de Bujaruelo (Pirineo de Huesca) Foto: Pedro Lorenzo-Blogspot
 

 

Mediante una llamada al 062, el teléfono de emergencias de la Guardia Civil, un pastor que se encontraba en el Río Ara del Valle del Bujaruelo en la vertiente española del Vignemale, el pico de mayor altura del Pirineo francés, avisaba a las autoridades de que había hallado el cadáver de una persona en avanzado proceso de descomposición. 

 

Al parecer, y la policía judicial de la Benemérita está ya en plena investigación, podría tratarse del cuerpo de José María García Fernández, un excursionista de 36 años al que se dio por desaparecido en la zona hace casi 6 meses y en cuya búsqueda perdió la vida un soldado de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que participaba en las tareas de rescate. A falta de la autopsia, podría quedar confirmada en las próximas horas esta hipótesis.

 

Triste balance de un fin de semana que debe dar paso a la reflexión. Son accidentes, pero deberíamos pensar en si algunos de ellos, hubiera habido la posibilidad de que se hubieran evitado. A veces los riesgos que tomamos superan nuestras capacidades. 

 

Descansen en paz aquellos que no retornan y fortaleza a sus familias.