Después de las andanzas del invierno por las estaciones de esquí francesas, uno de los acontecimientos más esperados en un buen número de ellas es el paso del Tour de Francia, la prueba ciclista en carretera internacional por excelencia. 

 

Esta prueba, que cada año se decide en los duros tramos de montaña, ha supuesto para no pocas estaciones darse a conocer al mundo gracias al paso o al final de una etapa de la carrera en bicicleta más famosa del planeta en las 102 ediciones que ya se llevan celebradas.

 

Foto archivo de una etapa de montaña del Tour de France
 

En míticas se han convertido la subida al Col del Tourmalet, el ascenso a Alpe d´Huez o la lucha de Miguel Indurain en la escalada a Val Louron, lugar en el que ganador de cinco Tours consecutivos se enfundaría su primer maillot amarillo. Es lógico que el paso de la serpiente multicolor por excelencia sea un reclamo que los centros invernales no pueden dejar escapar. 

 

De hecho, desde que comenzaran a rodar 60 intrépidos en 1903, el paso de estos pioneros por las carreteras de Francia dieron a conocer lugares que luego se llenarían de esquiadores con el paso de los años. La Mongie en el Grand Tourmalet es un claro ejemplo de ello. Hoy en día, el Tour ha traspasado fronteras, y estaciones de países como Suiza, Andorra (que repite) o España -este año la afortunada será Baqueira Beret-, también celebran etapas del Tour. 

 

 

Para celebrarlo, los centros de esquí que se encuentran en el recorrido que prepara la organización de esta importante vuelta ciclista, derrochan ingenio para dejar huella a los millones de seguidores que tiene la carrera por el enorme efecto mediático que ello supone.

 

Les Saisies en l´Espace Diamant conservan la nieve hasta el paso del Tour de France en julio
 

Este año, uno de los más originales lo encontramos en Les Saisies, una estación de la Saboya que forma parte del Dominio esquiable de L´Espace Diamant, junto al Mont-Blanc en los Alpes franceses, que pretende que mientras pasan los mejores ciclistas del mundo, sus visitantes puedan también esquiar y promocionar de esta manera sus pistas de esquí para atraer a más visitantes durante el invierno.

 

Para ello, no se les ha ocurrido otra cosa, ya que difícilmente podrán usar cañones de nieve, que mantener hasta el día del paso de los corredores su paso el 22 de julio, cubriendo una superficie de 400 m de largo por 20 de ancho con una capa de serrín de unos 40 cm que servirá como aislante natural de los aproximadamente 2000 metros cuadrados de nieve que esperan para cuando llegue la 19ª etapa (Albertville-St Gervais/MontBlanc) en la 103 edición del Tour de France.