El aeropuerto Andorra-La Seu, ubicado entre los municipios de Montferrer-Castellbó y Ribera d'Urgellet, está a unos 900 metros de altura, y requiere de la tecnología especial para operar vuelos. La instalación ya está hecha, pero Enai no lo homologa. Y no lo hará con probabilidad hasta después de las elecciones generales del 20 de diciembre. La infraestructura pirenaica, por tanto, se ha convertido en un arma de batalla electoral entre la Generalitat de Catalunya y el gobierno español, que celebrará los comicios al Parlamento y al Senado el día 20. Y mientras Enai no homologue la tecnología no se pueden operar vuelos comerciales en condiciones de mal tiempo. Si el gestor de la navegación aérea da el visto bueno a la tecnología antes de que acabe el año, quizás todavía se podría organizar algún vuelo en lo que quede de temporada de esquí.  Además, si la operativa no se acelera también podría peligrar la temporada de invierno 2016 a 2.017. 

 

Además, el medio Crónica Global revela que la Generalitat acaba de licitar el contrato de handling (asistencia a tierra de aeronaves, como la distribución del equipaje) por un importa aproximado de 80.000 euros.