Volamos a Viena y con coches nos dirigimos a Bratislava, la capital de Eslovaquia, que se encuentra a 40 minutos.  Pasamos toda la mañana de turismo por el centro de la ciudad, el centro es precioso y su arquitectura nos recuerda  Praga.

Comemos en Bratislava y empezamos nuestra aventura de esquí hacia los Tatra, un viaje de tres horas más o menos. Allí, a las 17.00h ya es completamente de noche, por lo que llegamos al apartamento y no pudimos observar el precioso paisaje con el que nos íbamos a despertar al día siguiente.

Fuimos a cenar a un típico restaurante, hecho de madera, y degustamos algunos de los platos típicos de Eslovaquia y más concretamente de los Tatra y también, como no… su cerveza…

Al día siguiente fuimos a alquilar los esquís y nos dirigimos a la parte más alta de Donovaly, Nova Hol’a.

Tuvimos un poco de mala suerte para ser el primer día, ya que debido al viento, esa parte de la montaña estaba cerrada. Decidimos que ese día íbamos a esquiar por la noche y nos fuimos de compras…, ropa, regalos y comida.

A las 17.00h nos preparamos para una nueva experiencia que nunca habíamos probado,  esquiar de noche!!!!! Donovaly tiene una pista iluminada y nuestra suerte cambio, ya que justo ese mismo día era luna llena… increíble!!!!

La Pista, que solo es una, no es muy larga y el frio se va acentuando a cada bajada, pero la experiencia vale la pena.

A la mañana siguiente, nos levantamos con un sol estupendo y esquiamos en Nova Hol’a. Los eslovacos, tengan el nivel de esquí que tengan, van a una velocidad un poco rápida , y les gusta adelantar a muy poca distancia, lo que a nosotros nos ponía un poco nerviosos.

Por la noche fuimos a la ciudad que queda justo al lado, unos 20 minutos en coche, en la plaza principal se encuentran unas pequeñas casitas de madera donde los del país se reúnen para beber y comer, al aire libre! A no sé cuánto bajo cero!!! Evidentemente nosotros decidimos ir a un restaurante típico.

En nuestro tercer día de esquí optamos por irnos a las montañas más altas, como su propio nombre indica, las high Tatras y estuvimos el día esquiando en la estación que queda al lado de Strbske Pleso. Algunos de nuestros compañeros hicieron esquí de fondo cerca del magnífico y helado lago.

El último día decidimos probar el esquí de fondo, muy tradicional en Eslovaquia. Estuvimos practicando cerca de nuestro apartamento siguiendo las trazadas que marcaba el que más experiencia tenia de nosotros, pasamos toda la mañana haciendo esquí de fondo al lado de trineos con perros, trineos con caballos, motos de nieve…

La experiencia ha sido preciosa y única, esperamos volver pronto!!!!