Por primera vez, es posible esquiar en el interior de una cueva del glaciar de Val Thorens

En Val Thorens, en el sector fuera de pista del dominio esquiable, se ha formado una galería natural al pie de los restos del glaciar de Péclet. Durante todo el invierno esta cueva de unos cien metros que se puede recorrer con esquís ha causado furor en las redes sociales. (Foto: Le DL /Antoine Chandellier)

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Redacción LdN

Sáb, 04/05/2024 - 11:10

A un día de que cierre la estación, los esquiadores aprovechan para descubrir este recorrido subterráneo fuera pista de unos cien metros situado a una altitud de 2.800 metros.

Este domingo 5 de mayo, la estación de esquí de Val Thorens, en los alpes franceses, pondrá fin a la temporada 23-24.

Sin embargo, más allá de las pistas preparadas y los remontes mecánicos, una sorprendente "novedad" de primavera ha llamado la atención de los esquiadores: galerías subterráneas y cuevas escondidas poir las cuales es posible bajar esquiando.

Ubicadas entre Tignes y Champagny, así como en la famosa Vallée Blanche en Chamonix, estas formaciones subterráneas han surgido como resultado directo de fenómenos naturales relacionados con el deshielo y las variaciones climáticas.

Uno de los descubrimientos más notablemente tuvo lugar en el dominio esquiable de Val Thorens. Por primera vez en la historia del resort, una sorprendente galería se formó en una zona fuera de pista y no asegurada, en los restos del glaciar de Péclet, bajo la vertiente occidental de la aguja del mismo nombre.

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Esta galería a la que se accede desde la "Pista Christine", se estima tiene unos cien metros de largo.

La formación de esta galería efímera está estrechamente ligada a un torrente subglacial que se formó como resultado de las olas de calor extremo experimentadas durante los últimos veranos.

Las frías temperaturas del invierno, especialmente a esta altitud de casi 2800 metros, han permitido que esta cavidad se congele, preservando su belleza y misterio.

A medida que la temporada de esquí llega a su fin y las montañas se preparan para el verano, estas galerías subterráneas seguirán siendo un recordatorio tangible de la fragilidad de nuestro entorno natural.