Primer descenso en esquís de la Gran Torre Trango: un hito en el alpinismo extremo

Primer descenso en esquís de la Gran Torre Trango: un hito en el alpinismo extremo

Una cara casi vertical con algunos de los acantilados más altos del mundo ha sido esquiada.

Sáb, 25/05/2024 - 20:55
Los alpinistas Chantel Astorga, Christina Lustenberger y Jim Morrison han esquiado una línea empinada, expuesta y serpenteante por la cara oeste de esta icónica montaña de 6.286 metros en el Karakoram.
El mundo del alpinismo y el esquí de montaña ha sido testigo de una hazaña sin precedentes: el primer descenso esquiando de la Gran Torre Trango, una de las formaciones rocosas más icónicas y desafiantes del planeta, ubicada en la cordillera del Karakoram en Pakistán.
 
Los alpinistas Chantel Astorga, Christina Lustenberger y Jim Morrison lograron esta proeza, esquiando por una línea empinada, expuesta y serpenteante en la cara oeste de la montaña.
 
La Gran Torre Trango, con una altitud de 6.286 metros, es conocida por su imponente estructura vertical y sus acantilados que incorporan algunas de las paredes más altas del mundo.
 
Este coloso de granito ha sido tradicionalmente una meca para los escaladores, no para los esquiadores. Sin embargo, Morrison, Lustenberger y Astorga encontraron una banda efímera de nieve que les permitió imaginar y realizar un descenso en esquí desde su cima.
 
Jim Morrison, quien lideró el grupo, se embarcó en esta expedición apenas unos meses después de la trágica muerte de su compañera Hilaree Nelson en el Manaslu.
 
Junto a Christina Lustenberger, con quien ya había intentado anteriormente descender esquiando la Gran Torre Trango, y Chantel Astorga, quien visitaba por primera vez las Torres Trango, comenzaron su ascenso hacia una de las metas más ambiciosas del esquí extremo.
 
Christina Lustenberger destaca la combinación de paciencia y acción que requirió la expedición. “Esta línea es salvaje como ninguna otra, [un] borde del mundo. Estar allí arriba, escalar y esquiar era magia de la vida real”.
 
El equipo se preparó meticulosamente, estableciendo un campamento alto a 5.000 metros durante el ascenso.
 
Eligieron la temporada de primavera para aprovechar la nieve que aún cubría la torre antes de que el calor del verano la derritiera.
 
 
Encontraron una línea estrecha y continua que descendía por el borde de la cresta oeste, una ruta que, aunque parecía imposible debido a la enorme pared vertical, se convirtió en su objetivo gracias a un renglón natural y sinuosa de nieve y hielo desde la cima.
 
Para Morrison, esta expedición no solo representaba un desafío técnico, sino también un viaje emocional. Era su primer gran objetivo desde el Manaslu, y el recuerdo de Hilaree Nelson estuvo presente en cada paso del camino. Lustenberger y Astorga, también amigos cercanos de Nelson, dedicaron esta hazaña a su memoria.
 
El equipo ha prometido compartir más detalles sobre esta expedición, y no es de extrañar que se esté preparando un documental sobre la misma.
 
Leo Hoorn, Erich Roepche y Savannah Cummins documentaron la subida y el descenso, capturando en imágenes y videos la majestuosidad y el peligro de esta empresa.
 
La hazaña de esquiadores como Morrison, Lustenberger y Astorga redefine los límites del alpinismo y el esquí de montaña.
 
Al igual que en 1977, cuando Galen Rowell, John Roskelley, Kim Schmitz, Jim Morrissey y Dennis Hennek realizaron la primera ascensión de la Gran Torre Trango, este descenso esquiando quedará en los anales de la historia del alpinismo como un testimonio del espíritu humano de exploración y aventura.
 
 
 
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