Vie, 10/08/2018 - 19:20
Su propietario lamenta que el coche fuera capaz de sobrevivir a todo tipo de situaciones en 53 años y no haya aguantado ni 11 días en Alyeska Ski Resort.
Tom Cotter poco podía pensar que su viaje a Alaska, invitado por el portal de vídeos on line "Barn Find Hunter", acabaría con la niña de sus ojos, un Shelby Cobra 289, hecho añicos. El automóvil, un deportivo de 1965 valorado en un millón de dólares, estaba aparcado en el Alyeska Ski Resort con un paquete de Fig Newtons -pastas rellenas de higo- dentro.
Hasta aquí nada del otro mundo, lo que ocurre es que aquella noche se paseó por el aparcamiento un grizzly y no pudo resistir la tentación de comerse unas Fig Newtons. El oso, una de las especies más grandes que existen, dejó un gran agujero en el Shelby Cobra 289 y se llevó la comida.
Cuando Cotter despertó a la mañana siguiente encontró los restos mutilados de la parte superior del vehículo, junto con algunas huellas de barro y unas pequeñas abolladuras en el guardabarros trasero.
La policía llegó más tarde, y al inspeccionar las huellas y encontrar algunos pelos marrones desaliñados, determinó que el trabajo era obra de un oso. Cotter quedó perplejo, pero mantuvo la calma y sólo lamentó que “la parte superior del automóvil había sobrevivido indemne 53 años, pero no pudo hacerlo 11 días en Alaska. Tengo trabajo que hacer ", apostilló.
Si queréis saber como son estos gigantes, aquí va un vídeo:
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