El francés Cyprien Sarrazin hizo su debut en la Copa del Mundo de descenso hace 13 meses, a los 28 años. El viernes ganó la carrera anual de descenso más prestigiosa en Kitzbuehel, Austria.

 

Sarrazin alcanzó la cima de su ascenso inesperado en las carreras de esquí, ganando el descenso de Hahnenkamm por cinco centésimas de segundo.

 

 

Hasta el invierno pasado, Sarrazin -ahora 29 años- era un especialista en slalom gigante plagado de lesiones que nunca había terminado una temporada entre los quince primeros en ninguna disciplina. 

 

Ha sufrido importantes lesiones en la clavícula, la columna, las piernas y la cabeza, según informes franceses a lo largo de los años.

 

Se convirtió a las carreras de velocidad la temporada pasada y se mostró prometedor desde el principio: quedó sexto en la tercera Copa Mundial de descenso de su carrera en diciembre de 2022.

 

En enero pasado, Sarrazin se quemó la cara en un accidente en una carrera de descenso, pero volvió al décimo lugar en Kitzbuehel seis días después.

 

 

 

"No fue una carrera perfecta, ni una carrera increíble, pero terminé con el corazón", dijo Sarrazin sobre su bajada por la Streif. "Sabía que había cometido algunos errores y que tenía que terminar muy rápido y eso es lo que hice".

 

En un recorrido aterrador donde la experiencia es primordial, fue sólo la tercera carrera de Sarrazin por el Streif, después de un décimo puesto y una caída la temporada pasada. 

 

“La última vez que estuve aquí me estrellé contra las redes y esta vez, cuando crucé la meta, pensé que era una victoria para mí”, dijo Sarrazin. 

 

 

 

Marco Odermatt  aprovechó el impulso de las victorias consecutivas en descenso el fin de semana pasado en el Lauberhorn de Wengen, pero acabó tercero, a 0,34 segundos de Sarrazin. El dominante corredor suizo mantuvo su liderazgo en la Copa del Mundo de descenso, ahora con 66 puntos de ventaja sobre Sarrazin.

 

El primero de los dos descensos en Kitzbuehel se retrasó una hora debido a una ligera nevada y a una visibilidad deficiente en el recorrido. Sin embargo, el cielo empezó a despejarse y los organizadores pudieron organizar la carrera desde lo alto de la calle Streif sin obstáculos debido al clima. Cincuenta y siete corredores que representan a 11 países compitieron el viernes.