El francés admitió su asombro ante la victoria, describiéndola como "increíble" y "una locura", expresando su amor por el deporte. A pesar de un pequeño error al despegar del crítico salto Mausefalle, se recuperó magistralmente y aumentó su ventaja al aproximarse al salto Hausberg. Alcanzó una velocidad máxima de 141.2 km/h y registró un tiempo ganador de 1:52.96.

 

La celebración de Sarrazin fue igualmente emocionante, al subirse espontáneamente a la barrera de la zona de llegada, animando a la multitud a vitorear aún más fuerte. Estos dos triunfos consecutivos en Streif evocaron el logro de su compatriota Luc Alphand en 1995.

 

El suizo Marco Odermatt fue el único que se acercó a un segundo de Sarrazin, quedando en segundo lugar a 0.91 segundos. Odermatt, líder actual de la Copa del Mundo en general, admitió la imbatibilidad de Sarrazin y elogió su valentía y velocidad.

 

 

El italiano Dominik Paris ocupó el tercer lugar, pero quedó a 1.44 segundos del tiempo de Sarrazin. Aunque no estaba completamente satisfecho con su desempeño, reconoció la habilidad del francés para llevar la velocidad a todas partes.

 

La actuación de los esquiadores austriacos mejoró en comparación con el día anterior, con Stefan Babinsky en cuarto lugar y Vincent Kriechmayr en sexto. Babinsky elogió la atmósfera emocionante en Kitzbühel, destacando el apoyo de la multitud.

 

La carrera clásica se llevó a cabo en una pista de 3.3 kilómetros, con una superficie resbaladiza que se asemejaba a una pista de hockey. Thomas Dressen, campeón de la Hahnenkamm en 2018, esquiaba en su última competición antes de retirarse debido a lesiones y fue honrado por sus compañeros con una rociada de champán.

 

 

El evento de la 84ª edición atrajo a notables personalidades como Arnold Schwarzenegger, John Kerry y antiguos campeones. Sarrazin, ahora reconocido como el "Rey de Kitzbühel", será homenajeado con su nombre en una góndola. El fin de semana de carreras concluye con el tradicional slalom del domingo en la pista de Ganslern.