Lindsey Vonn sigue siendo, junto a Mikaela Shiffrin, la esquiadora más laureada de todos los tiempos, con 82 victorias cada una de ellas en la Copa del Mundo de Esquí Alpino.

 

 

Ahora Vonn se ha vuelto a calzar los esquís para bajar la pista más difícil de la Copa del Mundo masculina. Se convierte así en la primera mujer en esquiar el famoso descenso por la Streif en Kitzbühel, Austria y además lo hizo de noche, lo que también fue una novedad en el mundo.

 

 

 

 

“Solo cuando esquías en el Streif eres un verdadero corredor de descenso”, dice Vonn. “El Streif es el pináculo de todos los descensos, el recorrido más difícil del mundo. Nadie creía que yo pudiera hacerlo. Después de todas mis lesiones, tener ahora la oportunidad única en la vida de esquiar desde la puerta de salida aquí y cumplir mi sueño es increíble. Siempre he tenido respeto por los hombres que corrían por el Streif, pero ahora les tengo aún más respeto porque una cosa es bajar y otra esquiar para ganar; y ahora puedo entender completamente lo que eso significa. Me ha dado una perspectiva más amplia de lo asombrosos que son estos hombres”.

 

 

Para su carrera histórica, Vonn tomó prestados los esquís del esquiador estadounidense Ryan Cochran-Siegle y su ex militar Heinz Hämmerle los preparó para alcanzar velocidades de más de 60 millas por hora.

 

“Sentí que estaba saltando por el borde del abismo”, dijo. “Creo que nunca había estado tan nerviosa antes de una salida en mi vida. Soy una adicta a la adrenalina y me encanta forzarme hasta el límite; estar al borde del miedo. Vivo para un desafío como este”.

 

 

En una publicación de Instagram el viernes, Vonn compartió que asumió el desafío de su madre Linda, quien falleció en agosto. “Sabía que ella me estaba observando y que estaba allí como un ángel guardián para ayudarme a cumplir este sueño. Sé que está orgullosa de mí. Como siempre”.

 

La estadounidense había deseado durante mucho tiempo competir con los hombres en una Copa del Mundo en descenso, un objetivo que no pudo lograr antes de su retiro, pero eclipsó al sexo opuesto al convertirse en la primera esquiadora de cualquier género en enfrentarse al Streif por la noche.

 

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