Este es el número de permisos de inmigración que ha aprobado el Gobierno andorrano y que podrían crecer más adelante si existe la necesidad, según ha explicado el ministro de Justicia e Interior, Josep Maria Rossell. Son un 30,27% más que la pasada y se pueden ampliar en un 30%.

 

Se recuperan así las cifras de trabajadores de temporadas anteriores a la pandemia y, como entonces, la gran mayoría -cerca de 3.000- son para trabajadores extracomunitarios, que representan un 70% de la cuota total y cuya procedencia mayoritaria son los países latinoamericanos.

 

En concreto, son 190 permisos para comunitarios fronterizos, 1.069 para trabajadores comunitarios no fronterizos -con un aumento del 74,2 % en relación con el 2020- y 2.941 para extracomunitarios, un porcentaje este último, que ha crecido un 192,4% ante la dificultad de encontrar empleados de dentro de la UE.

 

Por sectores, del total de autorizaciones previstas, 2.317 corresponden a la hostelería, 978 a los trabajadores de las pistas de esquí, 479 establecimientos hoteleros y restaurantes de las pistas, 35 agencias de viajes, 209 el alquiler de esquís, 107 al comercio y 75 al sector de la limpieza.

 

Hasta aquí los números, pero este invierno sigue siendo excepcional y los temporeros deberán cumplir varios requerimientos suplementarios. Entre ellos, todos deberán estar vacunados o haber pasado la Covid-19 en un plazo inferior a seis meses.

 

En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Justicia e Interior informó que se requerirá, además, que hayan pasado 14 días naturales desde la fecha de administración de la última dosis de la pauta completa y que Andorra aceptará las vacunas validadas en el país de origen.