Según informa la Radio y Televisión andorrana, la auditoria efectuada recientemente a la sociedad explotadora del parque, CampRabassa, del ejercicio 2020 así lo señala. Esta auditoria ha sido entregada a los socios para su aprobación en junta a finales de mes.
El año 2020 el ecoparque cerró el ejercicio con un déficit de 2,2 millones de euros, cifra que significa el doble que, en 2019, principalmente por la limitación de movimiento de los turistas de los países vecinos debido a la pandemia del coronavirus.
El medio andorrano destaca que la deuda con el comú de Sant Julià de Loirà, supera los 9 millones de euros. Otros conceptos, como las obligaciones con los bancos en préstamos se sitúan en 7,8 millones de euros. Una pesada losa que va aumentando con los años.
Las restricciones de movilidad debido a la pandemia durante 2020 agravaron el panorama, con la caída de más del 35% de visitantes. Ahora se contempla la presentación de un plan de reestructuración financiera ante la junta de accionistas.
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