El Principado, lejos de estancarse, ha sabido dar solución a todas las demandas de un público cada vez más diversificado.

 

Diferentes procedencias, diferentes gustos, diferentes necesidades de sus visitantes, quedan cubiertos con la amplia oferta lúdica que el País de los Pirineos ofrece.

 

A la oferta de competiciones de nivel internacional, se le unen un sinfín de actividades paralelas a la práctica del esquí y del snowboard, combinables entre sí y aptas para todas las edades y usuarios.

 

 

Andorra ha apostado fuerte por hacer realidad cualquier idea realizable sobre la montaña, modernizando el concepto après-ski con ofertas sorprendentes incluso para los usuarios asiduos de los complejos invernales.

 

Cenas en altura llegando con trineo de perros, motos de nieve, esquís de montaña, ratrac calefactada o raquetas de nieve hasta el restaurante bajo un camino iluminado por las estrellas o la luna llena.

 

 

Recorridos por zonas casi vírgenes con raquetas de nieve o esquís de montaña pero al lado de los complejos invernales, o salidas mucho más técnicas de la mano de los guías de montaña, con los que aprender no sólo técnica alpina, si no sobre el entorno que rodea la salida y las oportunidades que ofrece el lugar 365 días por año.

 

RELAX O FIESTA
 

Restaurantes panorámicos a pie de remonte, con puestas de sol de 1000 y un colores donde reponer fuerzas después de una mañana intensa en la montaña o bien subiendo cómodamente con el telecabina hasta la cima de la montaña. 

 

 

Complejos termales para conectar con los tuyos, relajar la musculatura o mimar el cuerpo en silencio bajo las manos de los profesionales de la fisioterapia y el masaje.

 

En Escaldes, la parroquia termal del Principado, es donde se ubica el complejo termolúdico más grande de Europa: Caldea, con un nuevo espacio dedicado en exclusiva a los pequeños de las casa, Likids.

 

 

Foto cedida por Caldea
 

Après-ski a pie de pistas con restauración típica de montaña.

Dj´s para bailar o chocolate deshecho para charlar alrededor de una mesa.

Champagne acompañado de un concierto de música clásica a 2.200m.

Opciones originales y variadas a pie de pistas, en las terrazas de las estaciones o en las principales calles de los pueblos que conforman este pequeño gran país que es Andorra. 

 

Andorra es esquí y es shopping pero, sobre todo, es emociones:

Emociones para compartir. 

Emociones para el recuerdo.

 

Andorra: Emociones 24 horas al día para todas las edades.

 

Más información: www.visitandorra.com