Tenía que conseguirlo, cada año lo hacían, no podía fallar... Daniel estaba ansioso por pasar de curso. No le importaba que fuera más difícil, que tuviera que dedicarle muchas horas al estudio o que diera nuevas materias de las que nada sabía: éste era su año. Sobre todo porque era costumbre que los alumnos de su nuevo tutor, Don Julián, fueran salieran de viaje. Y no de un día, sino de toda una semana. Una semana de entretenimiento, amigos y aventura... y en la nieve. ¡Por fin! 

 

Daniel era muy bueno en los deportes, siempre queriendo probar trucos nuevos. Daban igual las caídas y los golpes, merecía la pena intentarlo. Los deportes extremos le apasionaban; Motocross, skateboarding, surf, alpinismo, rápel... incluso había hecho una vez paracaidismo. Todo... menos deportes en la nieve.

 

 

 

Pensaba que iba a ir solo, pero no pasaron ni cinco minutos cuando vio a Germán enfrente de él, preguntándole cuándo empezaban. Desde entonces se convirtieron en un equipo de entusiastas de los deportes invernales. No importaron los cambios en la vida de cada uno, ni el tiempo o la distancia, cada año marcaban una semana para irse a esquiar juntos. Hace tiempo ya se habían recorrido casi todas las estaciones de esquí de España e incluso algunas en Francia, pero siempre con un presupuesto limitado.

 

Pero este año es diferente. Este año se cumplen diez años de aquella excursión. Y eso hay que celebrarlo, ¡Y a lo grande! Nada menos que con dos semanas enteras recorriendo los principales resorts de Ginebra y sus alrededores.

 

Empezarían por las suizas Zermatt y Saas Fee, vecinas de la montaña más famosa de los Alpes: el Matterhorn o Monte Cervino. Más tarde, irían al país vecino, a las francesas Val d’Isère y Chamonix, con vistas al Mont Blanc. Cuatro de los diez mejores resorts de esquí de  Europa a los pies de sus esquís.
 

 

 

 

Lo primero fue reservar los billetes de avión. Esta vez no tendrían que ir sentados en estrechos asientos ni llegar a la cinta de equipajes con los dedos cruzados esperando que el equipo de esquí hubiera llegado intacto. Esta vez volaban con SWISS, la aerolínea bandera del país. Sin duda, con el equipo de esquí incluido en el precio.

 

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