Masella cerro sus pistas e instalaciones con total de 377.686 días de esquí vendidos y el 100% del desnivel esquiable durante los 130 días que ha estado abierta.

 

 

La estación abrió el 2 de diciembre gracias a unas débiles nevadas y la nieve artificial y el Puente de la Purísima y las Navidades fueron unas fechas festivas con unos niveles de afluencia inferiores a la pasada temporada.

 

El motivo principal fue la carencia de nuevas nevadas y la suavidad térmica generalizada en todo el Pirineo Oriental, que no favoreció el ambiente de esquí.

 

 

 

Con el cambio de año, Masella recuperó el pulso. Las excelentes condiciones de la nieve, de una parte, y qué enero y febrero equivalen a los meses de julio y agosto en las destinaciones de playa, por la otra, hicieron que los niveles de afluencia de esquiadores fueran históricos.

 

 

Aunque las condiciones del tiempo de este inicio de primavera no fueran las mejores, las afluencias de esquiadores también han sido buenas gracias, en parte, a los grupos de escolares y a los que se han alojado en los establecimientos hoteleros a pie de pistas durante marzo y abril.

 

 

Un año más, la experiencia del Esquí Nocturno tuvo una muy buena aceptación, gracias al buen tiempo generalizado y sobre todo porque sigue siendo una oferta muy diferenciada y original.

 

La nieve producida de Masella ha resultado clave para ofrecer una buena temporada. De hecho, sin esta inversión estratégica que viene realizando la estación durante los últimos años, la temporada se habría ceñido a los meses estrictamente de invierno.

 

 

 

Este año, Masella ha consolidado el sistema de acceso a los remontes con el forfait digital y se sigue promoviendo el esquí en el territorio. A través de la Fundación Bosch Aymerich, se ha subvencionado la totalidad de las semanas blancas de los alumnos de todas las escuelas de la Cerdanya.