Aquella vez que un obús para provocar avalanchas explotó en el patio trasero de una casa de Utah
Foto: oto cortesía de Utah Adventure Journal.
Sat, 09/07/2022 - 11:53
El proyectil se desvió más de tres millas de su trayectoria e impactó en un barrio de Pleasant Grove.
Aprovechando el calor del verano, recuperamos una de aquellas historias en las que la realidad supera la ficción y donde, por suerte, no hubo que lamentar víctimas.
Jueves 24 de marzo de 2005, cuando el hijo de 3 años de Lori y Scott Connors estaba acostado en el suelo de la sala de estar de su casa en Pleasant Grove, Utah, cuando oyó un ruido atronador que provocó agujeros en las paredes cortes en la tela del sofá y la silla y un sinfín de cristales rotos por todas partes.
El niño ha salido indemne, pero afuera, en el patio trasero, el cobertizo está hecho jirones y hay un cráter del tamaño de una roca en el césped. Arriba, hay fragmentos de metralla incrustados en la pared del baño.
Un gran espejo tiene lo que parecen agujeros de bala en el cristal. Parece que fue bombardeado, porque lo fue.
Patio trasero de los Connors tras la explosión del obús.
Un proyectil de mortero obús de 105 mm del Departamento de Transporte de Utah, utilizado para trabajos para hacer bajar avalanchas, no dio en el blanco y fue a parar a la casa de los Connors.
La metralla también provocó daños en un automóvil al otro lado de la calle de la casa de los Connors y otras dos casas en las cercanías de 1600 East y 500 South en el barrio de Pleasant Grove.
En principio, como el resto de las 560 explosiones que cada año se disparan en un intento de controlar el peligro de avalanchas en Provo, American Fork, Big and Little Cottonwood canyons, debía haber dado en el blanco. Pero, el obús se había desviado más de tres millas de su trayectoria.
¿Cómo había podido suceder? Enseguida, el Departamento de Transporte de Utah se responsabilizó de la explosión, aunque no supieron dar una explicación plausible y lo atribuyeron a un error inexplicable.
"De las decenas de miles de explosiones realizadas en Utah, hay muy pocos incidentes como este", explicó Liam Fitzgerald, supervisor del Programa de Seguridad de Avalanchas en la Región 2 de UDOT.
Los trabajadores de control de avalanchas de UDOT siguen un procedimiento paso a paso antes de disparar cada proyectil. Uno de los pasos requiere que el asistente del artillero observe al cargador "preparar la ronda retirando la cantidad correcta de bolsas (de propulsor)" del proyectil. En este caso, el cargador no retiró la cantidad correcta de bolsas de propulsor del caparazón. Además, el artillero asistente no estaba observando el cargador, según explicó en su momento avalanche-center.org.
"De las decenas de miles de explosiones realizadas en Utah, hay muy pocos incidentes como este", explicó Liam Fitzgerald, supervisor del Programa de Seguridad de Avalanchas en la Región 2 de UDOT.
Lori Connors se ahoga aun cuando piensa en ello:"Cada vez que bajo las escaleras, pienso: '¿Y si?'. Si el hijo de 3 años de los Connors hubiera levantado la cabeza o si hubiera estado de pie, hoy la historia sería distinta.
Más info:
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