Una de las primeras referencias que constan del esquí de velocidad (también conocido como o Kilometro Lanzado o Speed Skiing) es la competición que se realizó en 1930 en Saint-Moritz, (Suiza). Entonces, el ganador alcanzó una velocidad máxima de 105,68 km/h. Noventa años después, el récord del mundo ya está por encima de los 250 Km/h y el español supera los 240 Km/h.

El esquí de velocidad es una disciplina reconocida por la Federación Internacional de Esquí (FIS) y que fue presentada en la Olimpiada de Albertville 92, aunque todavía no se considera un deporte olímpico. 

El número de adeptos a esta espectacular modalidad de esquí ha ido creciendo en todas partes y también en España, donde tenemos a varios esquiadores de nivel internacional. En el último mundial, el equipo español de la RFEDI estaba formado Ricardo Adarraga y la joven promesa Juanki Sánchez con las incorporaciones de Paris Arroyo y Álvaro García.

Precisamente, Ricardo Adarraga, el mejor esquiador de velocidad nacional de la historia, junto con el inglés afincado en España, Jan Farrell, son los impulsores de un reto histórico: conseguir que una estación española tenga una pista de esquí de velocidad homologada por la FIS y celebrar allí una prueba de Copa del Mundo en 2020.

Dicha estación no es otra que Formigal Aramón. Con este objetivo y según anunciaba el presidente de la Federación Española de Deportes de Invierno, May Peus, representantes de la FIS han visitado ya Formigal para realizar la inspección previa a poder homologar la pista que podría acoger la primera competición de esquí de velocidad del país.

Las pistas en las que se han batido los récords los últimos años han sido las de las estaciones francesas de Les Arcs y Vars y la más cercana a nuestro país es la de Grandvalira que durante tres años consecutivos -el último este 2019- ha sido sede de las Finales de la Copa del Mundo de Esquí de Velocidad.