Por algo la llaman Speed Queen. Si hace unos días la veíamos junto a Marc Márquez, Dani Pedrosa y Sandro Cortese y ahora a los mandos de un un Fórmula Renault. Lo tengo claro, a Lindsey Vonn le gusta correr. 

 

La esquiadora, como ella misma reconocía, "No he sentido la velocidad desde febrero", va y se sube en un Fórmula Renault con más caballos que una película de indios en el circuito Red Bull Ring de Spielberg (Austria) para darse una vueltecita mientras espera que en otoño empiece la Copa del Mundo de esquí alpino. Una manera original de entrenarse para las pruebas de Descenso y Super-G, sintiendo el viento en la cara. Y de promocionar las carreras de F1 que tendrán lugar en el "Anillo de Red Bull" del 1 al 3 de julio .

 

 

No me extraña que cuando le preguntaron qué le había parecido contestara "Fue increíble conducir un coche de carreras", un deporte, el automovilismo, al que la mejor esquiadora de todos los tiempos (para mi, y no debo de ser el único) le encontró unas cuantas similitudes con el esquí "en ambos deportes, necesitas encontrar el momento adecuado para acelerar, pisar el freno y encontrar la trazada adecuada". Más razón que un santo. 

 

 

Recuperada de la lesión de la meseta tibial que sufrió en el SuperG de Grandvalira en febrero pasado y que la obligó a abandonar la lucha por el Globo de Oro de la Copa del Mundo (que lideraba en ese momento), "ya he aumentado mi entrenamiento, estoy en forma, sin dolor y lista" comentaba, tenemos Vonn para rato. Afortunadamente.

 

 

Lindsey Vonn tiene pensado seguir en la alta competición de esquí hasta 2019, seguir batiendo records, está a 10 victorias de Copa del Mundo de superar las 86 de Ingemar Stenmark (vaya dos el uno y la otra) y luego retirarse. Retirarse para seguir dando guerra; lo dice medio en broma pero va en serio, "en 2019 quiero competir contra los hombres en Lake Louise. Ellos (los hombres) siempre serán más fuertes que las mujeres, pero si una mujer está lo suficientemente en forma..." que se vayan preparando, esta chica es la Reina de la Fórmula 1 del esquí alpino y por lo que se ha visto en el Red Bull Ring, tiene gasolina en la sangre.

 

Quizás después de hacerles morder el polvo en la nieve de la pista de descenso canadiense la corredora se pase al automovilismo, no sería la primera. Luc Alphand, campeón de Copa del Mundo en los años 90 ya lo hizo y después se su paso por el Gran Circo Blanco se sentó en un coche y ganó el Dakar unos años más tarde (2006). "Nunca se sabe" apunta la Vonn. Que no le den ideas.