Vive la mágica restauración bajo la luna de Grandvalira
Vodka Bar en Grandvalira
Mon, 28/03/2016 - 21:23
Cenar con la compañía de las estrellas, la luna llena después de ver una maravillosa puesta de sol o viendo nevar en medio de la montaña ya es posible en Grandvalira con esquís, conduciendo sobre la nieve o vestido elegantemente para la ocasión
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Cenas de empresa, celebraciones especiales, fechas señaladas o una escapada a Andorra son una buena excusa para degustar la restauración nocturna de altura que ofrece Grandvalira.
Apto para todo tipo de público, lo difícil es escoger el lugar y cómo llegar: Con esquís de montaña, con raquetas, en moto de nieve, con trineo de perros o bien de la manera más cómoda y confortable: en máquina pisa nieves.
Lugares de ensueño como el Hotel Iglú, a 2.350 m de altura en el sector de Grau-Roig, ofrecen la posibilidad de dar un paseo con raquetas bajo las estrellas antes de disfrutar de una cena en su restaurante único y efímero, construido con toneladas de nieve y con una decoración que pervive mientras las temperaturas lo permiten.
Este alojamiento-restaurante, se construye cada año, no teniendo nunca el mismo aspecto.
En el mismo sector, el Vodka Bar es uno de los restaurantes con mayor encanto de todo el país.
Haber sido decorado de forma exquisita, lo convierte en el punto de restauración más acogedor de Grandvalira.
Su localización hace posible que se pueda llegar sin dificultades dando un agradable paseo con raquetas o moto de nieve o bien con el servicio de ratrac que dispone el restaurante, tanto para acceder cómo para marcharse una vez finalizada la velada.
El restaurante del Llac de Pessons, situado al lado mismo del lago que le da su nombre y en el circo glaciar más importante de Andorra, cumple 25 años.
Para celebrarlo, ofrece un elaborado menú nocturno impregnado de ese cuarto de siglo de experiencia y buen hacer al que se puede llegar con los trineos tirados por perros, en ratrac o bien con raquetas de nieve o esquís de montaña.
El Tres Estanys, restaurante que por su fácil acceso permite llegar hasta su mesa desde los deportistas que han decidido ver la puesta de sol con los esquís de montaña puestos en compañía de los Grandvalira Mountain Guides haciendo una excursión antes de cenar, hasta quién quiere acceder en el último momento por su propio pie, ya que queda a escasos metros del parking del Ríbuls, sector Grau-Roig.
Si se opta por el sector de El Tarter, l’Arrosseria del Pi de Migdia, a 2.100 m abre sus puertas a la noche, una vez el animado ir y venir de los esquiadores diurnos ha cesado, para ofrecer cenas en su acogedor local con vistas hacia Riba Escorxada con la compañía del silencio de la montaña bajo la luna.
Los 20 minutos de subida en la máquina pisa nieves por la pista Esquirol, entre árboles, es un placer para los sentidos.
Sin duda, si se opta por unir naturaleza y gastronomía, es de obligada experimentación la restauración nocturna de Grandvalira, que puede convertir una noche cualquiera en la más especial e inolvidable.
+información y reservas: (+376) 891 800 | e-mail: reserves@grandvalira.com
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