El primer alud se produjo alrededor de las 10:30 horas de la mañana, tres trabajadores de temporada, que esquiaban en el sector de Ken, del lado Bellevarde, fueron arrastrados por una larga placa de 120 m aproximadamente y 80 de ancho. Afortunadamente, estaban equipados con el ARVA, dispositivo que permite su fácil localización. Dos de ellos resultaron heridos, uno de gravedad pues pasó unos 5 minutos sepultado bajo la nieve. Los heridos fueron transportados en helicóptero al Hospital de la Universidad de Grenoble-La Tronche.
 

 

Alrededor de las 11:30, un grupo de cuatro esquiadores españoles bajaba por una pista cerrada, por encima del sector denominado Santons, fueron alcanzados por una virulenta avalancha. Ellos no estaban equipados con el dispositivo ARVA.
 

Unos quince pisters llegaron rápidamente al lugar del suceso con dos perros. Ya era demasiado tarde para uno de los esquiadores que a pesar de los intentos de reanimación prolongados, murió. Según Radio Val d'Isere, la víctima era un hombre de nacionalidad española  natural de Bilbao y 37 años. Su cuerpo fue trasladado a una capilla ardiente de la población. 

 

La Gendarmería ha abierto una investigación para determinar las circunstancias de la muerte

 

 

 

El manto nivoso está muy inestable después de las recientes nevadas, y ya dio lugar a la muerte de un trabajador de temporada de origen checo en el límite de Saint-Colomban-des-Villards y La Toussuire (Saboya). Desde el pasado fin de semana, el riesgo de aludes  -según zona de la Saboya- está entre 3 y 4 en una escala que tiene 5 niveles, según el boletín de Meteo France.