La ciudad de Tignes no sólo posee la segunda estación de esquí más alta de Europa, sino también una historia de lo más curiosa, puesto que el pueblo original de Tignes quedó sumergido bajo las aguas del lago Lac de Chevril en 1952 al construirse un embalse en el río Isère, el nuevo pueblo se levantó en 1957 a una altura de 2.100 metros. Desde entonces, Tignes se ha convertido en uno de los pueblos franceses de esquí más conocidos y forma junto con Val d'Isère la zona de esquí Espace Killy.