A sus 54 años, Ricardo Adarraga sigue en plena forma. Pionero del Kilómetro Lanzado (KL) en España, acude a Grandvalira (Andorra) con el ánimo de mejorar sus marcas personales y de revalidar el récord de España. Posee el récord de España de velocidad desde el 2014, cuando alcanzó los 240,642 km/h con unos esquís en sus pies.

 

-.Ricardo Adarraga: Con muchas ganas de corregir la mala temporada con un top-10. He trabajado mucho en mi posición y en el material, y tengo la sensación de que un top-10 está al alcance de mi mano. Además, quiero revalidar el Campeonato de España, que cada vez está más difícil con un ‘Juanki’ Sánchez pisándome los talones.

 

 

-.R.A: Sí, es cierto. Junto con Philippe May y Simone Origone somos los que más “años de servicio” tenemos en esta disciplina. Esta es mi temporada 17 y acabo de firmar mi octava participación en un Campeonato del Mundo en S1. He visto a mis actuales competidores empezar cuando eran adolescentes, Simon Billy, Celia Martínez, Bastien Montes, Valentina Greggio. A veces me siento como un padre que ve crecer a sus hijos y se queda admirado de como se han convertido en adultos y lo bien que esquían. Creo que ahora el nivel es mucho más alto que cuando empecé. Entonces los esquiadores de velocidad se caracterizaban más por su fortaleza. Con la mejora en la preparación de las pistas y la llegada de los italianos Origone se ha impuesto un estilo mucho más refinado, cuidando mucho más los detalles y sobre todo un estilo de esquí que busca la sensibilidad esquiando plano y sensación de penetración del aire. Mientras antes casi se pegaban con la pista, los esquiadores de KL de hoy vamos casi acariciando la nieve.

-.R.A: Mi mejor resultado es un cuarto puesto en el Speed Masters de Verbier en 2010. Era una época en que iba muy rápido. En la semifinal quedé segundo por delante del ya entonces plusmarquista mundial Simone Origone. Como siempre en la final Simone machacó y yo, aunque hice una buena bajada batiendo el récord de España, me quedé a las puertas del podio de la competición más rápida del año. En 2014 también en el Speed Masters, pero ahora en Vars, batí el actual récord de España con 240,642 km/h, quedando décimo. Fue una competición muy especial. Sólo estábamos los 15 más rápidos del mundo. Llevábamos desde 2007 sin poder esquiar a más de 220 km/h. Casi todos pasamos de 235 km/h ese día. Además del récord del mundo batido por Simone Origone se batieron muchos récords en esa jornada. Te puedes imaginar que la fiesta esa noche fue casi tan memorable como la competición. Por último, nunca olvidaré el mundial de 2015 en Grandvalira, donde estuve liderando durante un día la competición. Aun hoy cuando veo el vídeo de mi bajada me quedo maravillado de lo bien que bajé, probablemente la mejor bajada de mi vida. La competición estuvo muy reñida porque los 5 primeros estábamos en 2 km/h. Al día siguiente se levantó viento racheado y nos pilló a los 5 primeros del día anterior. Salíamos los últimos con más viento que los que habían salido antes y caímos en la clasificación. Aun así, a mí me bastó para un noveno puesto, un resultado que habría firmado una semana antes.

 

-R.A.: Vivo en Heidelberg (Alemania) desde hace bastante tiempo y no sólo porque no hay límite de velocidad en las autopistas. Me gusta mucho Heidelberg. Es una ciudad que me recuerda a San Sebastián, pero sin mar. Trabajo de ingeniero líder en Hewlett Packard Enterprise. Me dedico a optimizar software de SAP en nuestros grandes servidores con 32 procesadores y 24 terabytes de memoria. Tengo un acuerdo con mi empresa que me permite participar en competiciones en invierno. Por lo demás todo en mi vida está integrado: trabajo, familia, entrenamiento, estudio y preparación de material. Hace falta mucha pasión, perseverancia y disciplina.

 

-R.A.: Como casi todo, fue estar en el lugar justo en el momento justo. Desde que soy pequeño siempre me ha encantado la velocidad, tanto en moto, como en esquí. Durante unas vacaciones de esquí en Les Arcs había la posibilidad de probar el KL en la pista olímpica. En mi tercera bajada ya pasé los 150 km/h vestido de turista. Un año más tarde participé en mi primera competición con equipo de descenso alpino y al día siguiente en una sesión de entrenamientos llegué a los 176 km/h. Entonces descubrí que esta era mi disciplina, me metí de lleno y desde entonces no he parado. Ya van 17 años.

-R.A.: En 2015 contacté con el presidente May Peus hablándole del KL y lo que había hecho hasta entonces. May Peus que se había propuesto fomentar otras disciplinas aparte de las clásicas en alpino y nórdico me confirmó que nos apoyaría. Entre tanto tenemos un sitio en la RFEDI y hemos creado una estructura deportiva en la que estamos ‘Juanki’ Sánchez y yo. Hemos celebrado ya 3 Campeonatos de España. En lo administrativo Robert Puente es nuestro delegado en la federación. Yo estoy a cargo de todos los temas de la FIS. Soy miembro del comité de speedski en la FIS desde 2016, y desde 2018 tengo el cargo de secretario, algo así como la mano derecha del presidente del comité. Además, como ingeniero me encargo de todos los temas que están relacionados con tecnología. Desde mi puesto en el comité de la FIS contribuyo con mi experiencia profesional a desarrollar el KL como disciplina dentro de la FIS. Es mi forma de devolver a la familia de kaelistas todo lo que he recibido estos años.

 

-R.A.: El KL es un deporte extremo y por tanto no es un deporte de masas, como tampoco lo es el salto base por poner un ejemplo. El lanzarse por un acantilado con 400 metros de desnivel en línea recta hasta pasar los 200 km/h no es como jugar un partido de fútbol o bajar palos. Además, no hay muchas posibilidades de entrenar a velocidades, no ya de más de 180 sino de más de 150 km/h. Requiere mucho sacrificio y mucha dedicación. Además, no es un deporte que de dinero y parece que hoy en día la juventud que se quiere dedicar al deporte lo ve con un enfoque profesional. Eso no significa que cualquiera que tenga un buen nivel de esquí y valor no pueda intentarlo. Si tiene suficiente pasión y entrega siempre hay posibilidades de acercarse a una competición y probar. El día que tengamos una buena pista de KL en España y estoy trabajando en ello, será más fácil para los esquiadores españoles acercarse y probar.

 

 

-.R.A.: Hasta ahora en mi entrenamiento tenía mucho enfoque en la parte aeróbica. Gracias a mi preparador físico, el venezolano Luis Vásquez, ahora he conseguido mejorar mucho la potencia y la resistencia muscular.  De sensaciones me siento mejor que nunca en 17 años. He alcanzado una madurez mental que me permite afrontar cada bajada con la naturalidad de quien se sube a la moto para ir al trabajo. Disfruto como nunca de cada bajada ya sea a 160 km/h o 220 km/h. No estoy seguro si por eso he perdido algo de tensión en las salidas y por tanto algo de concentración. Mi posición es muy buena, aunque debo ser más constante en llevar el esquí plano hasta la última célula y desde el punto de vista aerodinámico creo que debo mejorar la posición de mis manos sin que por ello modifique mi posición. Si mejoro estos dos elementos habrá sorpresa.

 

-.R.A.: Lo primero es que se consiga un equipo de descenso y se apunte a una competición de categoría S2, por ejemplo, en Grandvalira. En casi todas las competiciones de la FIS hay una competición paralela en la categoría de iniciación S2. En S2 se compite con equipo estándar de descenso alpino. Ahí verás si te engancha. Recomiendo hacer varias competiciones en S2 o por lo menos una temporada completa antes de dar el salto a S1. Es bueno para habituarse a las altas velocidades. En competiciones de S2 las velocidades generalmente superan los 160 km/h, una velocidad que no vemos ni en las competiciones más rápidas de descenso de la Copa del Mundo. Pero las aceleraciones no son tan salvajes como en S1, el aire no te juega malas pasadas y los esquís de descenso, más pequeños y ligeros, son más fáciles de controlar. Con la experiencia de las altas velocidades en S2 se puede dar el paso a S1. 

-.R.A.: Desde hace tres años durante la Copa del Mundo en Grandvalira contabilizamos los resultados de los españoles como Campeonato de España. Lo haremos así hasta que consigamos organizar algo en una estación española. Hasta ahora he conseguido vencer todas las ediciones. Grandvalira se me da bien. Espero poder revalidar este año el título, pero como te dije ‘Juanki’ está muy fuerte y nada es fácil.

 

-.R.A.: Aparte de ser un excelente esquiador o esquiadora debe ser una persona muy equilibrada. Al contrario de lo que pueda parecer no somos locos. Es habitual que cuando gente de fuera nos conoce, lo primero que les sorprende es que somos gente muy equilibrada, tranquila y concentrada. Nadie diría que Fernando Alonso es un loco a pesar de que su trabajo consiste en llevar un coche a 300 km/h. Los que vienen a buscar sensaciones y a hacer una locura no duran mucho en esta disciplina. Es muy importante disfrutar y desear la velocidad. Si no vas realmente convencido, mejor no empieces. Si no quieres ir rápido de verdad, aunque no lo quieras reconocer, nunca irás rápido y siempre acabarás entre los últimos.

 

Luego he de advertir que hace falta mucha pasión, casi obsesión, mucha constancia y sobre todo tolerancia a la frustración. Un pequeño fallo o un mal invierno, como este año, puede echar por tierra un año de sacrificios y concienzuda preparación. Somos como atletas de 100 metros que entrenan todo el año para correr 4 series de 10 segundos en los Juegos Olímpicos. También hay que ser un perfeccionista y un obseso de la preparación del material. El que no cuida cada detalle de su equipo de deslizamiento y de la aerodinámica no se come un panchito por muy buen esquiador que sea. Ah, se me olvidaba: Cuenta con que un día te vas dar una torta como no la has vivido en tu vida. Todos los kaeilstas lo repetimos cómo un mantra: “Hay dos grupos de kaelistas: los que se la han pegado y los que se la van a pegar”. Con 17 años de experiencia yo pertenezco obviamente al primer grupo.

 

FICHA TÉCNICA RICARDO ADARRAGA