Suecia es uno de los pocos países que hasta ahora ha practicado unas políticas más laxas para afrontar la pandemia por el covid-19. Si bien la curva de infectados y el número de personas fallecidas se han mantenido en cifras moderadas y con unas ratios parecidos a sus vecinos Dinamarca o Noruega, que aplican políticas de confinamiento mucho más estrictas.

Ahora las cifras aumentan y empiezan a preocupar y cada vez son más las voces críticas con las políticas auspiciadas por el epidemiólogo estatal de Suecia, Anders Tegnell, figura clave de la estrategia de coronavirus del país. 

La gente disfruta del sol en un restaurante al aire libre, a pesar de la propagación de la enfermedad por COVID-19, en Estocolmo, Suecia (foto Reuters)

Una de las actividades no esenciales y en el punto de mira de la opinión sueca después de las infecciones surgidas en Ischgl (Austria) , Aspen o Vail (EE.UU.) es el esquí y en concreto los centros invernales. Más si tenemos presente que se acercan las vacaciones de Pascua y la preocupación por la llegada de muchos esquiadores a las únicas estaciones abiertas de Europa. Es por ello que el gobierno sueco ha anunciado este martes nuevas recomendaciones y medidas más restrictivas, entre ellas el cierre de las estaciones de esquí.

El gobierno de Suecia ha anunciado que recomienda encarecidamente el cierre de las estaciones de esquí y aconseja a los ancianos que se queden en sus casas para limitar la propagación del coronavirus luego de enfrentar críticas por su lenta respuesta a la crisis.

Las nuevas recomendaciones más estrictas se producen después de que el número total de muertes por coronavirus en Suecia se triplicó a 239 en solo tres días, presionando cada vez más a las autoridades para que actuaran. Hasta ahora, el gobierno solo había prohibido eventos de más de 50 personas, mientras que solo las universidades y las escuelas secundarias superiores han pasado a la educación a distancia.

Cierre de las estaciones de esquí