Las estaciones de esquí están en el punto de mira del Tribunal de Cuentas francés.

 

Poco a poco, se van desgranando los detalles del último informe de 147 páginas del alto tribunal independiente sobre la vulnerabilidad de las estaciones de esquí de los Pirineos al cambio climático y se vierten nuevas acusaciones sobre algunos complejos.

 

 

La estación responde que "la cantidad de agua que se extrae para la innivación artificial es de 0,5 millones de metros cúbicos de los 18 millones que contiene el embalse de Les Bouillouses", lo cual representa solo el 3% de la superficie total de las subcuencas que riegan el río Têt. "Lo que tomamos no tiene ningún impacto", dice Jacques Álvarez, el director de Font-Romeu.

 

 

Álvarez vamás allá en su argumentación: "Pagamos por el agua, y la pagamos caro a la empresa que opera la central hidroeléctrica. Además, sólo se extrae la parte del agua reservada para la producción de electricidad, y no la parte del lago de les Bouillouses destinada a regar el Têt. Si mañana no necesito encender los cañones de nieve, el agua que no tomaré será utilizada por la central hidroeléctrica de todos modos, y no en el agua reservada para el Tet".

 

"El Tribunal de Cuentas nos persigue. Y no lo entendemos", dice el director de Font-Romeu. "Hemos demostrado que el complejo hace tiempo que hizo el cambio hacia la diversificación. De los 30 millones de euros invertidos en tres años, el 80% se destinan a desestacionalizar la temporada, también el nuevo telecabina, que transporta bicicletas de montaña durante todo el año".

 

 

El director de la estación del grupo Altiservice recuerda que el peso económico del esquí en los Pirineos Orientales, donde “el turismo y el esquí son los principales empleadores y permiten que muchas personas vivan aquí".