La gran corredora afincada en Colorado, Lindsey Vonn, sufrió una caída el sábado pasado cuando aforntaba el Súper Gigante de la pista Àliga en Grandvalira, su rodilla izquierda quedó afectada por una fractura en meseta tibial, pero finalmente dando muestra de su pundonor decidió correr el la Combinada Alpina del domingo en la misma estación.

 

 

Ahora, una vez completadas todas las pruebas médicas, la esquiadora estadounidense, ganadora en cinco ocasiones de la Copa del Mundo y campeona olímpica de descenso en Vancouver 2010, ha tomado la "difícil decisión de poner fin a esta temporada y dejar el circuito".

"Cuando me caí el sábado en Andorra la radiografía que me hicieron esa tarde mostraban una fisura, la meseta tibial parecía estable y no parecía que fuera un riesgo competir, así que salí a competir el domingo. Después de la Combinada fui a Barcelona, donde me hicieron más pruebas, que mostraron que no había una leve fisura, sino tres, y estas lo suficientemente importantes como para que la inestabilidad no me permita continuar esquiando", comenta la esquiadora norteamericana en sus cuentas oficiales de las redes sociales.

 

"Cualquier nuevo daño podría provocar una operación seria e incluso poner en riesgo mi futuro en el esquí. Con los Mundiales de St. Moritz el próximo año y los Juegos Olímpicos en Corea del Sur después no puedo tomar estos riesgos", justifica Vonn en su comunicado.

 

"Así que he tomado la decisión de poner fin a la temporada. Estoy orgullosa de lo que he conseguido este invierno, nueve victorias en la Copa del Mundo, romper el récord de triunfos descenso, de podios en supergigante y el de victorias en la Copa", explica la estadounidense en Facebook.