Más de cinco años después de su última aparición en una carrera oficial, Marcel Hirscher, uno de los esquiadores más exitosos de la historia, está listo para regresar a la competición de la Copa del Mundo de esquí alpino.

 

 

 

 

El regreso de Hirscher a la Copa del Mundo de esquí fue anunciado en abril de este año, sorprendiendo a muchos, ya que el esquiador de 35 años había puesto fin a su carrera profesional en 2019.

 

Su retiro llegó después de conquistar ocho títulos generales consecutivos de la Copa del Mundo, 67 victorias en pruebas de la Copa del Mundo, cinco títulos mundiales y tres medallas olímpicas (dos de oro y una de plata).

 

 

 

La Federación Holandesa de Esquí presentó una solicitud durante el verano para que Hirscher pudiera recibir un comodín que le permitiera competir sin necesidad de haber acumulado puntos FIS en competiciones previas.

 

Esta solicitud fue aprobada por la FIS durante una reunión del Comité en Zúrich el pasado 27 de septiembre, lo que permitió al campeón asegurarse un dorsal para la prueba inaugural de Sölden.

 

 

La FIS confirmó que "la solicitud de la federación holandesa de un comodín para Hirscher es válida y conforme", lo que habilita al esquiador para participar en la carrera del 27 de octubre.

 

Si bien se esperaba que este comodín cubriera toda la temporada, por ahora solo le permitirá estar presente en la primera prueba de la Copa del Mundo. Las futuras participaciones de Hirscher dependerán de nuevas solicitudes que serán evaluadas por la FIS caso por caso.

 

 

 

A pesar de que ya tiene el permiso para competir en Sölden, la participación de Hirscher en la carrera aún no está garantizada.

 

El propio esquiador ha reconocido que su regreso dependerá de cómo se sienta durante los entrenamientos en las semanas previas.

 

 

Michael Holzer, mánager de Hirscher, explicó que la decisión final sobre su participación en Sölden dependerá de si el esquiador considera que su nivel de forma es el adecuado para competir al más alto nivel. "Marcel tiene estándares muy altos tanto en calidad como en cantidad de entrenamiento, por lo que no tomará la decisión a la ligera", afirmó Holzer.

 

 

Si finalmente Hirscher decide competir en Sölden, es probable que no parta entre los 30 primeros, lo que complicaría sus opciones de luchar por el podio.

 

A sus 35 años, el esquiador austriaco enfrenta un reto físico y técnico, pues el ritmo de la competición ha seguido evolucionando desde su retirada.

 

Sin embargo, su vasto conocimiento de las pistas y su excepcional técnica le otorgan una ventaja que pocos pueden igualar.

 

La gran incógnita es si Hirscher mantendrá su competitividad frente a una nueva generación de esquiadores que han emergido en su ausencia.