Lo más probable es que la mayoría de los que estéis leyendo estas líneas, no hayáis oído hablar jamás de Guilin. Sin embargo, a partir de ahora, esta ciudad de China, muy conocida por los paisajes naturales que la rodean siendo considerada como un icono y lugar de referencia de la actividad turística en aquella nación del Lejano Oriente, no será la primera vez que la escuchéis. En el cauce del río li, se sitúa en la región autónoma de Guangxi, al sur de República Popular; allí, en Guilin, están profundamente arraigadas las tradiciones asiáticas.

 

En aquella zona, que vive en buena parte de los ingresos que proporciona el turismo, especialmente desde la primavera hasta el otoño cuando las temperaturas del lugar resultan agradables bajo el influjo de los vientos cálidos que llegan desde el estrecho de Taiwan en el Mar de China, veían cómo a la llegada del invierno la actividad menguaba notablemente y eso, para una mentalidad como aquella, tan dispuesta al trabajo, les creaba no pocos quebraderos de cabeza.

 

 

Pero los chinos, cuya milenaria sabiduría es de sobra conocida en todo el mundo -además de su especial habilidad para la imitación de todo aquello que se les antoja- han encontrado la solución. Como al acabar el otoño allí hace un frío que pela, apenas sí alcanzan los cero grados de temperatura, han sumado dos y dos y han resuelto construir un centro de esquí en aquellos parajes de ensueño. Como os lo cuento, no es coña.

 

Mucha cultura no tienen, de nieve se entiende, que de otras poseen unas cuantas y desde hace siglos, pero a la vista de que en las provincias del norte proliferan y se han puesto de moda los deportes de invierno, ni cortos ni perezosos se pusieron en marcha y desde hace un mes, el proyecto «Guilin: Villa Olímpica» ha recibido luz verde y ya se disponen a hacerlo realidad.

La futura estación de esquí dispondrá de una superficie de 50.000 metros cuadrados y supondrá para las arcas municipales una inversión de 70.000 millones de euros. A lo grande, como es habitual últimamente en el gigante asiático. El objetivo de este importante desembolso es simple, convertirse en un referente de los deportes de nieve en Asia. El plan prevé la construcción de pistas de todos los niveles, allí quieren que esquíe hasta el gato. 

 

 

El resort de esquí de Guilin, que se situará a 138 km de la ciudad y tan solo a 145 km de su aeropuerto internacional, comenzará a construirse por las pistas más fáciles en la base de la estación donde se colocarán varias cintas de debutantes, un snowpark, alquiler de material, hoteles, tiendas... en fin, lo habitual. Las de mayor nivel se irán extendiendo por el resto de la superficie del dominio. 

 

Un trabajo de chinos, nunca mejor dicho, en el que se enfrascan y que promete ser muy interesante. Este tipo de cosas se las toman muy en serio, y lo mismo que la ciudad de Beijing (Pekín para los amigos), será sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2022 sin que en cientos de kilómetros a la redonda caiga un copo de nieve, no me queda duda de que antes de lo que pensamos, os estoy escribiendo la crónica de su inauguración. Ojalá sea desde allí mismo.