El éxito de la primera fase del proyecto de modernización de la estación de esquí de Valgrande-Pajares ha sido rotundo. El nuevo telecabina Cuitu Negru ha multiplicado de forma exponencial los usuarios del complejo lenense y ha reactivado la economía de la zona, a pesar de haber sido una temporada irregular de nieve.

 

 

Esta misma semana han comenzado las mediciones para el recorrido de la línea y puntos de sustentación de un nuevo telesilla. Al final será un remonte de cuatro plazas, pero se ha optado por un modelo de pinza fija en lugar de los más modernos desembragables. El motivo es puramente económico: es más barato.

 

 

El plan director para la desestacionalización de la estación incluye más actuaciones al margen de este remonte que deberán acometerse en el futuro, como la instalación de un tobogán alpino (sobre raíles), dos puentes tibetanos y una tirolina.

 

El tobogán, sobre raíles y con vagonetas, parecido al de otros complejos como Naturlandia, en Andorra, tiene un coste de 1,7 millones de euros y se instalaría en la zona de Patines.

 

La tirolina, que seguiría parte del trazado del antiguo telesquí de Pajares, permitiría recorrer los 318 metros en varias posiciones (sentado, estirado, boca abajo o junto a otro usuario). Su coste, unos 150.000 euros.

 

El complejo se completaría con la oferta de dos puentes tibetanos. Se levantarían sobre una estructura de cuerdas o cables y la plataforma, por maderas u otras superficies antideslizantes. La inversión necesaria sería de 3,5 millones de euros para las dos estructuras.