Un año más, aprovechamos que Aramón se suma a la lucha contra el cáncer, para recordar la figura del que hasta ahora es y será el más grande esquiador español de todo los tiempos. Francisco Fernández-Ochoa -"Paquito"- brillaba por primera vez en la historia de nuestro esquí hace ya 44 años cuando en 1972, ganaba en un Slalom la única medalla de Oro hasta el momento, en las Olimpiadas de Invierno de Sapporo.  

 

Este pasado fin de semana, la estación de Cerler en el Valle de Benasque, celebraba un Slalom en beneficio de la Lucha Contra el Cáncer que lleva el nombre del genial esquiador madrileño. El Memorial de Esquí Paquito Fernández-Ochoa, ya en su décima edición, nacía para para conmemorar aquella gesta y recaudar fondos para la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer).

 

 

Un homenaje cargado de simbolismo que Aramón Cerler, tras la carrera conmemorativa que recordaba de aquél feliz día en Japón, sellaba en un acto en el Remáscaro, la terraza de pistas en el sector 1500 de la estación aragonesa, al que acudían varios miembros de la familia Fernández-Ochoa que recibiían de parte del Grupo Aramón una esquila, símbolo Alpino que representa el pasado y presente de las estaciones en las que, fieles a la tradición, en verano pasta el ganado y que en invierno visitan los esquiadores. En la Copa del Mundo de Esquí es muy habitual escuchar el sonido de estos pequeños cencerros para animar a los corredores. 

 

Sea lo que fuere, este fin de semana en las pistas de Cerler, en el Valle aragonés de Benasque, sonaron, y con fuerza, en memoria de quien nos hizo saber a muchos que el esquí existía y que podía ser grande en nuestro país.