Probablemente, si no el que más, el Wingsuit, una variante del Salto Base que se realiza con un traje de alas, sea uno de los deportes extremos más peligrosos de cuantos practica la raza humana.

 

Las dosis de adrenalina que se deben alcanzar deben de merecer la pena, al menos eso quiero suponer, para aquellos que se dedican a dejarse caer alcanzando a tumba abiera con un extraño traje que les permite las más variadas piruetas en el aire mientras vuelan alcanzando velocidades de vértigo y un pequeño paracaídas para aterrizar a salvo.

 

Sin embargo, lo que podría ser una experiencia ya de por sí bastante arriesgada, lleva a algunos pilotos de salto base a llevar este deporte de riesgo hasta el mismo filo de la navaja y claro, tanto va el cántaro a la fuente...

 

Alexander Polli frente al Macizo del Mont-Blanc
 

El último en caer ha sido este lunes, el saltador Alexander Polli, muy conocido en el mundillo y experto volador de Wingsuit y líder de uno de los grupos de Base Jump más virales del planeta, los Morals Arrivederci (Adiós a la Moral) cuyas hazañas grabadas en vídeo arrasan en Internet, ha fallecido tras golpearse contra las ramas de un árbol mientras realizaba a gran velocidad este arriesgado deporte, víctima de la profunda hemorragia interna que le producía.

 

El saltador, un italo-noruego de 31 años, volaría por última vez en el mundo de los vivos tras dejarse caer desde unos 1500 m en el Couloir de Ensa, un estrecho corredor del Brévent, una montaña situada frente al Mont Blanc y cercana a la localidad de Chamonix en los Alpes franceses.

 

Alexander Polli atraviesa la "Cueva de Batman" (La Foradada) en Montserrat
 

Uno de sus saltos más célebres lo realizaba en nuestro país, concretamente el vuelo que ejecutó en 2013 tras lanzarse desde un helicóptero y traspasar la Roca Foradada (un estrecho agujero llamado la Cueva de Batman en el circuito internacional de este deporte extremo) en el Macizo de Montserrat, la emblemática montaña catalana.

 

Por desgracia, a pesar de los tintes épicos de una muerte que no es en absoluto necesaria, el salto base y el wingsuit se cobran muchas víctimas cada año. En lo que va de 2016, son casi una treintena las que se han producido, 12 tan solo en lo que llevamos de mes de agosto. Desde que se desarrolló por primera vez en 1930, la lista es interminable. 

 

Murió con las botas puestas, DEP.