Tras haber sido la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2002, Salt Lake City se prepara para volver a recibir a los mejores deportistas de nieve y hielo del mundo en los Juegos de Invierno de 2034.

 

 

 

 

El proceso de candidatura culminó en abril con una visita final de Karl Stoss, miembro del COI, quien lideró la Comisión del Futuro Anfitrión.

 

Al dejar la ciudad, la emoción era palpable, reflejando un entusiasmo compartido tanto por la comunidad local como por los visitantes internacionales.

 

Gene Sykes, presidente del Comité Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos (USOPC), destacó la colaboración y visión de futuro del equipo de Salt Lake City.

 

"Desde el principio, la candidatura ha sido apoyada por un 80% de los residentes de Utah y el 100% de los políticos del estado. Este es un gran día para los deportes de invierno en los Estados Unidos y en todo el mundo", afirmó Sykes en la presentación en París.

 

 

Snowbasin, que disfrutó de instalaciones mejoradas gracias a los Juegos de 2002, volverá a ser el centro de las pruebas de esquí alpino y para alpino.

 

Deer Valley continuará siendo la sede de las pruebas de saltos y baches, mientras que Park City Resort acogerá competiciones de esquí de freestyle y snowboard, incluyendo halfpipe y slopestyle.

 

Además, el Parque Olímpico de Utah será el escenario para las carreras de snowboard y ski cross.

 

El legado de los Juegos de 2002 ha tenido un impacto duradero en Utah. Fraser Bullock, presidente y director ejecutivo de SLC-Utah 2034, explicó que un presupuesto de legado planificado de 260 millones de dólares seguirá apoyando los programas deportivos comunitarios.

 

Estos programas han sido cruciales para el desarrollo de jóvenes atletas, como el paralímpico Dani Aravich, quien encontró inspiración en los Juegos de 2002 para perseguir sus propios sueños olímpicos.

 

Se estima que los Juegos de 2034 aportarán 6.600 millones de dólares a la región durante la próxima década, con un costo proyectado de 2.830 millones de dólares.

 

Este impulso económico beneficiará no solo a las infraestructuras deportivas sino también a la comunidad en general, ofreciendo nuevas oportunidades de desarrollo y empleo.

 

El COI también ha tomado medidas para asegurar que todas las ciudades anfitrionas respeten plenamente las normativas antidopaje, permitiendo la rescisión de contratos en caso de incumplimiento.