Ortlieb se benefició de las condiciones meteorológicas para sumar su segunda victoria en la Copa del Mundo, toda vez que partiendo con el dorsal 31 aprovechó la buena visibilidad y que había cesado la copiosa nevada que estaba cayendo para marcar el mejor crono.

 

 

Todas las favoritas, incluida la líder de la especialidad, la italiana Sofia Goggia que fue cuarta, quedaron más atrás debido a la niebla y a la nieve que hicieron imprescindible que tomaron más precauciones en sus bajadas.

 

Mikaela Shiffrin, que aseguró este sábado matemáticamente su quinto Gran Globo de Cristal, fue séptima en la línea de meta.

 

 

 

Pocas horas después que la estadounidense lograse su título de campeona del mundo de la general, en el otro extremo del planeta, en Aspen (Colorado), su pareja, el noruego Aleksander Aamodt Kilde, ganaba el descenso y se aseguraba matemáticamente la Bola de Cristal de la disciplina, repitiendo el éxito de la temporada pasada.

 

Kilde (30 años) y que con su novia Shiffrin, tres años más joven, forman la pareja más famosa del esquí alpino de los últimos años, logró su vigésima primera victoria en la Copa del Mundo, la octava de la temporada, al cubrir los 2.750 metros de la pista 'Ruthie's run', con salida a 3.246 metros de altitud y un desnivel de 762, en un tiempo ganador de un minuto, 31 segundos y sesenta centésimas.

 

61 menos que el canadiense James Crawford y con 63 de ventaja sobre el suizo Marco Odermatt, líder destacado de la general; que acabó tercero y está a un paso de revalidar título.

 

El noruego logró su undécima victoria en un descenso, la sexta de esta temporada; y repitió el triunfo final en la Copa del Mundo de la disciplina.

 

Kilde se hizo claro acreedor a la Bola de Cristal de la disciplina reina, al añadir el de este sábado a los triunfos que había conseguido este curso en los descensos de Lake Louise (Canadá), Beaver Creek (Canadá), Val Gardena (Italia), Wengen (Suiza) y Kitzbühel (Austria).

 

El austriaco Vincent Kriechmayr, el único que, antes de la carrera, aún podía aspirar a arrebatarle el Globo de Cristal al campeón nórdico -ganador de la general de la Copa del Mundo hace tres temporadas- acabó cuarto, por delante del francés Johan Clarey, otro mito del deporte rey invernal, que acabó quinto en Aspen a los 42 años.

 

Tras su victoria de este sábado, Kilde suma 720 puntos en la clasificación de la disciplina, 206 más que Kriechmayr: una diferencia completamente insalvable, cuando sólo queda una prueba de descenso, la de las finales de Soldeu, en Andorra.

 

Odermatt mantuvo su liderato en la general, que sólo podría arrebatarle, únicamente como consecuencia de una debacle del astro helvético, el propio Kilde.

 

A falta de seis carreras para el final de la competición, la nueva estrella del deporte suizo lidera la Copa del Mundo con 1.526 puntos, 346 más que Kilde; mientras que otro noruego, Henrik Kristoffersen -que hace dos semanas se proclamó campeón mundial de slalom en Courchevel (Francia)-, es tercero en la relación principal, a 652 puntos de Odermatt; y ya no tiene posibilidad alguna de hacerse con la gran Bola de Cristal.