Las estaciones de esquí abandonadas de Suiza no hallan quien las desmantele

Las estaciones de esquí abandonadas de Suiza no hallan quien las desmantele

Estado de abandono del telecabina de Super Saint-Bernard.

Fri, 08/07/2022 - 07:51
El paradigma de la situación que viven al menos 14 resorts suizos es Super Saint Bernard, que dejó de funcionar en 2010 y las instalaciones han quedado abandonadas en el paisaje alpino.
Hubo un tiempo en que las pequeñas estaciones de esquí proliferaron al lado de los pequeños pueblos de los Alpes suizos. Eran pequeñas estaciones, a veces con un solo remonte y un par de pistas, para los esquiadores locales. Nada que ver con el modelo de grandes resorts actulamente en boga.
 
Pero en los últimos años, la escasez de nieve y especialmente de dinero -el mantenimiento obligatorio de los remontes con la normativa vigente es prohibitivo para las arcas de los pequeños pueblos- ha hecho que muchas de estas estaciones locales tengan dificultades para mantener sus remontes en funcionamiento y las explotaciones hayan sido abandonadas.
 
Catorce instalaciones están en esta situación actualmente, según la Oficina federal de transportes, responsable de una cuarta parte de los 2.433 remontes mecánicos suizos en más de 350 estaciones.
 
 
La ley exige que se desmonten los remontes mecánicos fuera de uso, operación financieramente a cargo de su propietario, pero las discusiones sobre si se puede encontrar un comprador o si las autoridades locales deben pagar la factura pueden prolongarse durante años.
 
Además, como en el caso de Super Saint-Bernard, si la sociedad que gestiona la estación se declara en bancarrota, la instalación es embargada, lo que abre el debate sobre quién -el cantón o el municipio-- debe hacerse cargo de la factura del desmantelamiento.
 
Super Saint Bernard en el Wallis, en el sur de Suiza, dejó de funcionar en 2010, desde entonces la infraestructura y las instalaciones han quedado abandonadas en el paisaje alpino.
 
 
Super Saint Bernard tenía alrededor de 20 kilómetros de pistas y atraía a unos 20.000 esquiadores por temporada antes de cerrar.
 
Ahora, en este remoto valle de los Alpes suizos, una fila de postes de teleférico oxidados marca lo que otrora fue una estación bulliciosa con una veintena de kilómetros de pistas donde ahora pasta media docena de vacas.
 
En el pequeño pueblo vecino de Bourg-Saint-Pierre, el alcalde Gilbert Tornare dijo que se han examinado varias soluciones para "deshacerse de esta monstruosidad".
 
Pero el costo es demasiado alto para la comunidad de solo 200 personas.
 
En total, se necesitarán hasta dos millones de francos suizos (2,1 millones de dólares) para desmantelar la estación, retirar los mástiles de los teleféricos y descontaminar un sitio que se extiende hasta una altitud de 2.800 metros.
 
 
Mientras tanto, el cantón de Wallis ha sugerido usar soldados del ejército para el trabajo para limitar los costes.
 
Para las estaciones con menos de 100.000 esquiadores al año, es "difícil obtener ganancias", explica a la agencia France Press el experto en turismo suizo Laurent Vanat.
 
El caso ilustra las dificultades crónicas que enfrentan las estaciones de esquí más pequeñas en toda Suiza.
 
 
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