El accidente mortal de un esquiador ocurrido esta semana en La Molina al colisionar contra un paravientos de madera ha abierto, por enésima vez, el debate sobre el uso del casco en la práctica del esquí.

 

El joven de 26 años fallecido en una pista roja de la estación gerundense no hacía uso del casco. ¿Qué hubiera pasado de llevarlo puesto en la cabeza? La respuesta nunca la sabremos, pero los Mossos d’Esquadra que llevan la investigación ya han determinado que la ausencia de esta protección “agravó las consecuencias del impacto”.

 

 

Además hay otros casos que pueden servir de ejemplo sobre la importancia del casco en los accidentes de esquí por colisión, que han sufrido desde esquiadores profesionales de la Copa del Mundo, hasta simples aficionados. Quizás, uno de los más mediáticos es el del heptacampeón del mundo de F1, Michael Schumacher, ocurrido en Méribel, en los Alpes franceses, el 29 diciembre de 2013. El “kaiser” se estrella contra una roca, quedando inconsciente y teniendo que ser evacuado a un hospital de Grenoble. Queda en estado semivegetativo pero sobrevive. Iba equipado con casco.

 

Desde aquel día, han transcurrido más de 6 años y el uso del casco para esquiar ha ido creciendo temporada tras temporada. Primero fueron los equipos de competición, luego los menores en general, poco a poco los profesores y profesionales de las estaciones y ahora, en algunas pistas, ya son mayoritarios -lo mismo esquiadores que practicantes de snowboard-.

 

 

En España no existe ninguna ley que regule el uso del casco en la práctica del esquí, como ocurre en algunos países como Italia o Austria, donde es obligatorio hasta los 14 años de edad.

 

Se trata de un deporte que no está considerado de riesgo por la Unión Europea y, por lo tanto, no es obligatorio llevar casco. La falta de una legislación al respecto tiene maniatadas a las estaciones de esquí, que no pueden prohibir algo que no está prohibido.

 

 

A pesar de ello, son muchas las que aconsejan el uso de protecciones por activa y por pasiva. La propia estación de La Molina incluye un pictograma en todos sus planos de pistas y folletos donde recomienda expresamente el uso del casco, en especial entre los menores.

 

 

La misma política sobre el uso del casco tienen las demás estaciones del país que, con sus más y sus menos, han visto aumentar el número de accidentes por colisiones e impactos como resultado directo del crecimiento del número de esquiadores en las pistas y el incremento de velocidad. ¿Será obligatorio el uso del casco para esquiar? Tiempo al tiempo.