Zermatt inaugurará un súper telecabina en 2018 con un coste de 55 millones
Sun, 29/10/2017 - 09:07
La estación suiza es una de las mejores del mundo, de eso no hay duda, también es una de las más caras, pero Zermatt sabe que no puede dormirse en los laureles y sigue invirtiendo para continuar a la cabeza de los destinos de nieve. Por eso se está construyendo un espectacular telecabina hasta el pequeño Cervino con una inversión igual de espectacular, 55 millones de francos suizos, será por dinero…
Es la obra en construcción más alta de Europa y será el telecabina de tres cables a más altitud del mundo. El "Glacier Ride" de Zermatt, transportará a los esquiadores y turistas desde el Trockener Steg (2.939 m) al Klein Matterhorn (3.883 m), será el top de los remontes. El gran lujo, según comenta Markus Hasler, CEO de Zermatt Bergbahnen.
Se sustituye el remonte actual. En lugar de una gran cabina que puede transportar hasta 100 personas, la nueva instalación tendrá 25 cabinas con 28 asientos en cada una. De los trabajos de esta gigantesca obra se encarga a Leitner y empezaron en octubre de 2016, su inauguración está prevista para el 29 de septiembre de 2018. Hay un equipo de 50 operarios suizos e italianos que trabajan en este lugar ubicado a casi 4.000 metros de altitud.
Proyecto telecabina marcado en lazo azul. pulsa para ampliar
Las obras tienen un "módico" coste de 55 millones de francos suizos (unos 47 millones de euros) y están financiadas en su totalidad por la compañía que opera los remontes de la estación suiza, Zermatt Bergbahnen.
El nuevo telecabina equipa 25 modernas cabinas con 28 asientos cada una, diseñadas por Pininfarina y fabricado por Leitner con una capacidad de 2000 pasajeros por hora
Zermatt no se detendrá allí porque en octubre de 2020 llegará otra conexión a casi 4.000 metros de altitud entre el Pequeño Cervino y Testa Grigia, en Italia. Esta futura línea es parte de un plan de turismo a gran escala y largo plazo, que tiene como objetivo permitir a los turistas asiáticos (entre otros) de Milán visitar el Cervino, y luego viajar a Ginebra y París.
Fuente: Matterhorn