Este singular templo dedicado al esquí está localizado en la capital de Alaska, Juneau. Un lugar de moda para cualquier fan de la nieve. Pero todo comenzó en el 2001 como algo curioso que ver, ahora ya es una auténtica atracción turística...

 

Más de 250 pares de esquís alpinos están fijados verticalmente a un marco de madera que los sustenta de más de 6 metros de alto, la construcción está ubicada justo al lado de la carretera Douglas tocando la casa de su creador, Harmon. Sin embargo, una inspección más cercana, nos revela que la pared no es sólo una pared. Lo que comenzó como sólo "algo que ver" es ahora una atracción turística, una tienda de piezas utilizadas y un monumento histórico al esquí en Juneau.

 

 

En declaraciones de su creador, Pat Harmon al medio local juneauempire.com "los autobuses en verano se detienen delante de la casa aquí, así que los turistas pueden tomar fotografías de la pared", comentó Harmon.

 

 

Pat Harmon explicaba en el periódico que “los esquiadores que buscan un par de repuesto de fijaciones o esquís de la vieja escuela a menudo vienen con la esperanza de reemplazar algún esquí roto o fijación". Harmon posee un arsenal de cientos de ellos.

 

El pasado otoño, un grupo de esquiadores europeos que habían contratado un día de esquí en helicóptero se detuvieron para tomar prestadas un par de piezas para unos esquís. Shelly, la esposa de Harmon, dijo que el hombre había roto su esquí y necesitaba un préstamo. La pareja estuvo encanta de ayudarlos.

 

Y si se mira de cerca, es fácil de detectar los esquís en la pared que una vez pertenecieron a famosos esquiadores locales, como el medallista de plata olímpico Hilary Lindh. También hay un par de esquís Olin Comp TRX que pertenecieron a Bill Corbus, presidente de Alaska Electric Light & Power Co.

 

Es un proyecto vivo y en crecimiento desde el año 2001. Sin embargo, Harmon, que ha vivido en la zona toda su vida, admite que su colección de esquís comenzó mucho antes.

 

De pequeño en el club de esquí, se dedicaba a comprar y vender los esquís de sus compañeros de carreras, el pequeño Harmon se llevaba a casa los esquís no deseados por sus amigos, pero luego comenzó a pagar 5 dólares por cada par. Las ganancias de cada venta ayudaron a financiar el Juneau Ski Club y la patrulla de esquí Juneau. Pero al poco tiempo, los esquís comenzaron a acumularse.

 

 

 

"Después del nuevo santuario, estoy buscando sugerencias para la fase cinco de mi proyecto" dijo. "pienso en un arco sobre la pasarela o tal vez un mural de un esquiador, algo grande".

 

Lo que está claro es que este verano toca una buena limpieza del templo del esquí, la nieve y el barro con el paso de los coches han dejado su fea capa gris en los esquís. “El templo volverá a brillar para el próximo invierno”. Finalizó Harmon.

 

Ya tenemos un nuevo lugar donde ir, al templo de los esquís de Juneau.